Solo se salvaron 17 autobuses de Unauto del desastre de la DANA, de un total de 44 que tienen que estar activos por contrato más los de reserva. Eso hizo temer a los trabajadores que, en tanto no llegaran los nuevos vechículos, la empresa podría ejecutar medidas como un expediente de regulación temporal de empleo. No va a ser así.

El presidente del Comité de Empresa, Pedro Barriga, de UGT, agradece las gestiones que han estado desarrollando desde la desgracia del domingo al propietario de la empresa, Gregorio Ruiz, su gerente, Alberto Egido, y la dirección del Grupo, para encontrar autobuses para Toledo. Gracias a eso, Gregorio Ruiz se comprometió con los trabajadores este martes por la tarde a que se van a mantener los 136 puestos de trabajo de toda la plantilla, y no habrá ningún ERTE. También se mostró convencido de que en unos meses la empresa saldría mejor y más fuerte, «lo que también te da seguridad en materia laboral», advierte el responsable sindical.

De momento, además de los 17 autobuses supervivientes, han llegado a Toledo otros quince de la EMT y cinco del Consorcio del propio Grupo Ruiz, aunque parece que el Ayuntamiento está trabajando en la cesión de otros quince. Porque los autobuses arreglados, o previsiblemente los nuevos en sustitución, no van a llegar de un día para otro. Aunque este martes también estuvo en las instalaciones de Unauto un responsable de Ibeco para valorar posibles soluciones.

En funcionamiento. Durante estos días, los autobuses urbanos funcionan en Toledo con la regularidad del fin de semana, no hay vehículos para más e incluso hay que estar haciendo reparaciones de los autobuses propios y prestados que están todo el día trabajando y haciendo muchos kilómetros. Barriga agradece también la comprensión y paciencia de los usuarios y advierte que no se está cobrando de momento los viajes, a falta de método de cobro.

Toda la plantilla está trabajando. Los conductores que no están de servicio se encargan de ir limpiando las instalaciones, y van y vienen hasta la base de Leganés a recargar combustible, dado que también ha quedado inutilizada toda la planta de compresión de gas. La idea es que por lo menos el taller quede listo lo antes posible, para que esté operativo lo antes posible y poder reparar las averías que los autobuses dan a diario.