Alejandro Bermúdez

Con los pies en el suelo

Alejandro Bermúdez


Se lo acabarán jugando a los chinos…

19/01/2024

Poco menos es lo que ha dicho el insigne don Francisco Javier López Álvarez, que es nada menos que portavoz del PSOE en el Congreso, quién ha justificado el 'bochinche' de las cesiones de la inmigración a los catalanes por lo improvisado del acuerdo…
¡Cualquiera pensaría que eso del gobierno, el Congreso y demás instituciones eran algo serio! Desgraciadamente ni son serios ni están servidos por gente con cuatro dedos de frente y menos aún de ética. La mejor prueba de ello es este portento que tienen los socialistas de portavoz, que no solo colabora en el embrollo, sino que lo cuenta sin ruborizarse. La verdad es que ser torpe es una ventaja para él, porque no tiene sentido del ridículo por muy en público que lo haga.
Creo que hace mucho tiempo que nos rompieron la capacidad de asombro. La estulticia y la desvergüenza han alcanzado tal nivel, que ya casi nada nos sorprende, aunque vamos viendo cómo se superan día a día.
Con esta forma de decidir las cuestiones de estado, sería mejor que se las jugaran a los chinos. De esa forma el estado tendría, aunque remota, alguna posibilidad de ganar. La torpeza e impudicia con que nuestro gobierno está cediendo las competencias del estado, asegura la derrota más absoluta de los intereses de España. Porque los independentistas sí saben a lo que juegan y lo que quieren; tienen una estrategia clara y no improvisan, lo tienen todo perfectamente programado. El día de la votación en el Congreso de la convalidación de los decretos ley del gobierno, su sanchidad no tenía la menor idea de qué iba a pedir el prófugo para salvar el colchón de la Moncloa, sin embargo, el prófugo sí, lo tenía todo bien programado.
El verdadero gobierno, el de Waterloo, no esconde su estrategia, la cuenta hasta con regusto, hasta saboreando la humillación que irroga a España, por obra y gracia de quienes hace tiempo perdieron cualquier atisbo de decencia y cordura. Él explicó bien claramente que no daría su voto, hasta que no fueran a gritar ¡fuego¡, y así obtener lo que le de la real gana, sin límite. En ese momento puede pedir cuanto desee, porque nada será mucho, con tal de permitir a este vulgar plagiador de tesis que tenemos por presidente, dormir en Moncloa una noche más.
Pierdan toda esperanza de que ninguna institución del estado ponga freno a acción alguna del gobierno por muy aberrante que sea; las que deberían defender el estado de derecho y nuestras leyes, están regidas por fieles servidores del plagiador, que no disimulan el fin para el que fueron colocados en ellas. Nuestro Tribunal Supremo, por ejemplo, se puede ir de vacaciones tranquilamente, su función la han asumido los digitalizados (nombrados por el dedo del plagiador) miembros del Constitucional. Los diputados socialistas del Congreso ya han demostrado su arrojo y gallardía al defender la Constitución y los derechos de los españoles que los votaron. Lógicamente ya fueron seleccionados con un ADN pastueño, inclinado a la adulación, que les garantiza un buen pesebre con una abundancia de pasto que por sí mismos no conseguirían nunca.
A esta España sí que no la va a conocer ni la madre que la parió, y no está gobernada por el insigne autor de la frase: Alfonso Guerra…