La alcaldesa de Guadamur, Sagrario Gutiérrez, encara frecuentemente las conversaciones con una sonrisa, pero la repetición de los actos vandálicos en los baños de la pista de pádel ha convertido su rostro en una mueca de aversión. «Es alguien enfermo», censura en palabras a este diario una regidora que principia su séptima legislatura consecutiva al frente de su pueblo, a 15 kilómetros de Toledo.
Dos ataques consecutivos, separadas apenas por 21 días, han hartado a la alcaldesa. «¿Qué mente enferma se divierte destrozando sus pertenencias? Las instalaciones públicas son de todos», expresaba el lunes Gutiérrez, minutos después de la detección del acto vandálico contra una instalación subsanada del anterior ataque.
La gravedad de los destrozos fue mayor que la constatada en el mes de junio. En esta ocasión, reventaron una puerta de los baños de la pista de pádel de un puñetazo o una patada. Debió de ocurrir el domingo, pero el personal no reparó en los daños hasta el mismo lunes.
El primer acto vandálico contra estas instalaciones públicas fue detectado el 23 de junio y consistió en desencajar la puerta de los baños y desatornillar los accesorios, como el soporte del papel higiénico y el toallero. La reacción de la alcaldesa entonces fue más apaciguada y se limitó a informar de la fechoría.
Gutiérrez asegura que retrasará la sustitución de la puerta destrozada por la repetición del vandalismo en esta instalación municipal, cuya tarifa publicada en el Boletín Oficial de la Provincia en 2011 fija el uso de la pista en 8 euros sin iluminación 10 euros con luz artificial para los empadronados por cada hora y media. Y 12 euros sin iluminación y 16 euros con luz artificial para los no empadronados.
Se trata del único acto vandálico denunciado por el Ayuntamiento de Guadamur en sus canales municipales durante el último año. «Hay gente que se divierto haciendo esto», señala Gutiérrez, quien no sale de su asombro.