"La Feria del Ajo marca el reloj vital de Las Pedroñeras"

José Luis Enríquez / Cuenca
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El alcalde de Las Pedroñeras, municipio conquense que acoge orgullosamente la Feria Internacional del Ajo, asegura que «el número de expositores viene determinado por la capacidad de las instalaciones»

José Manuel Tortosa, alcalde de Las Pedroñeras (Cuenca). - Foto: LT

El ajo es el motor de la comarca de Las Pedroñeras y el próximo fin de semana volverá a demostrar el peso que tiene en el sector agroalimentario. Está previsto que más de 13.000 personan visiten la Feria Internacional del Ajo de Las Pedroñeras, un evento que está a las puertas de cumplir medio siglo y que es el gran escaparate de un producto de calidad que no puede faltar en la elaboración de ningún plato. José Manuel Tortosa, alcalde de Las Pedroñeras, ofrece los detalles de la feria que se celebrará del 28 al 30 de julio.

¿Qué supone esta edición de la Feria Internacional del Ajo para Las Pedroñeras?

Para Las Pedroñeras es una fecha muy señalada porque significa muchas cosas. Es el final de la campaña agrícola y lo que marca un poco el reloj vital de Las Pedroñeras, que son las fases de plantación, cultivo y recolección del ajo. Por este motivo la feria del Ajo se fijó precisamente en el último fin de semana de julio, que es cuando acaba la campaña agrícola y cuando empieza la comercial. Además, se trata de cumplir con objetivos de la feria como fijar la imagen de marca del ajo morado de Las Pedroñeras, que nosotros siempre decimos que es el mejor ajo morado, para que todo el mundo identifique al ajo morado con Las Pedroñeras y viceversa.

El año pasado se recuperó la feria tras la pandemia. ¿Se notó el parón?

El parón y la pandemia tuvieron efecto en la feria. Muchos autónomos dejaron la actividad, alguno afectado por la propia enfermedad, y el parón se dejó notar, sobre todo en la fase de preparación. Pero la feria se desarrolló con absoluta normalidad y este año podemos decir que todo aquello está olvidado, que la feria tiene la misma fuerza de siempre y que estamos en las vísperas de celebrar una fecha muy señalada como es la edición número 50. La deberíamos haber celebrado porque desde que se puso en marcha nunca había dejado de celebrarse, hasta que la pandemia la interrumpió.

¿Cuáles son las principales novedades de la edición de este año?

Las novedades vienen marcadas siempre por las condiciones del mercado, de la cosecha. Y este año es un poco especial porque las condiciones climatológicas han influido muchísimo a la hora de la recolección. En las variedades más tempranas del ajo ha tenido una menor influencia, pero las lluvias que se sucedieron a lo largo de los meses de mayo y junio pillaron al ajo morado en plena maduración. Tanta lluvia y humedad propició que aparecieran las temidas plagas. Los agricultores tuvieron que hacer un esfuerzo con el tratamiento con un sobrecoste económico importante. Además, hubo menos kilos por hectárea porque el ajo no alcanzó los calibres a los que nos tiene acostumbrados. Eso se traduce en menos kilos y, por tanto, en menos rentabilidad.

¿Cuántos visitantes esperan?

Probablemente pasen por la feria entre 13.000 y 15.000 personas. También depende del tiempo porque si hace mucho calor eso también se notará y también retrae a los visitantes. Además, hay cosas que se escapan de la climatología, como son la promoción de nuestro producto, la presencia de los medios de comunicación y la parte meramente lúdica de la feria, que es muy importante, que incluye conciertos por la noche, la ruta del tapeo, etc. Todo hace indicar que vamos a pasar un fin de semana muy intenso.

Uno de los puntos fuertes son esas actividades paralelas como la ruta del tapeo a la que alude, ¿no?

Sí. Así es. Aparte de la feria más técnica, con los encuentros con el sector, donde se analiza la evolución del mercado o las novedades de tratamientos fitosanitarios, en general de todo aquello que afecta al cultivo y explotación del ajo, hace años que desde el Ayuntamiento se programan actividades más lúdicas como la ruta del tapeo y conciertos de relevancia, algunas veces con artistas menos conocidos, así como con orquestas. Desde el viernes al domingo por la noche, cuando se clausura la feria con el concurso gastronómico, hay muchas actividades.

La feria va a tener 40 expositores. ¿Esta cifra demuestra el interés que tiene en el sector?

El número de expositores viene determinado por una cuestión física, que es la capacidad de las instalaciones. Son varios los expositores que desearían asistir a la feria pero que no pueden hacerlo porque no tienen cabida ya que el espacio e s el que es. Este año vamos a cortar una de las calles adyacentes al recinto ferial porque es que, materialmente, no nos cabe la maquinaria. Si tuviésemos más espacio tendríamos más expositores.

Uno de los platos estrella es el Concurso Nacional de Ajo Morado de Las Pedroñeras. ¿Cómo viene este año?

Es un concurso que, efectivamente, tiene mucha repercusión dentro del propio sector de la restauración, sobre todo de los cocineros y restaurantes que quieren abrirse paso. La verdad es que tenemos una altísima participación de extraordinarios profesionales. En las dos últimas ediciones la organización del concurso corre a cargo de la organización europea de cocineros Eurotoques y son ellos los encargados de hacer los encargados de realizar el proceso de selección, recetas y platos que presentan los concursantes. Son ellos también los que confeccionan el jurado que elige al ganador el domingo, donde los finalistas, en directo elaboran los platos. Es en el recinto ferial y allí tiene lugar una degustación y el dictamen del jurado, el cual siempre está formado por cocineros de renombre, con estrellas Michelin y de restaurantes de prestigio.

¿De qué manera influye la pasión por la gastronomía en la promocionar del ajo morado de Las Pedroñeras?

Es evidente que el ajo tiene numerosas cualidades y aplicaciones. En medicina, por ejemplo, hay importantes investigaciones en la propia Universidad de Castilla-La Mancha. Una de las principales aplicaciones del ajo está en la cocina. No hay cocina en España y podríamos decir en todo el mundo en el falte el ajo como ingrediente. Lógicamente los cocineros, ya más los de renombre, tienen en el ajo a uno de los ingredientes más importantes. El ajo morado de Las Pedroñeras está muy presente entre estos cocineros.

A las puertas de los 50 años de la feria. ¿Qué desea para el próximo medio siglo?

Que seamos capaces de seguir haciendo lo que hemos logrado hasta ahora con un producto tan sencillo como es el ajo. Los pedroñeros, en su día, fueron capaces de convertir ese producto que tenían en su huerto en su medio de vida, de inundar de producción el territorio nacional y de exportarlo a todas las partes del mundo. Eso ha contribuido a fijar población, a garantizar un nivel de renta a los agricultores que les ha permitido seguir en su pueblo y afrontar con esperanza las perspectivas de futuro. Me conformaría con que siga siendo una realidad y que se siga produciendo en esta comarca el mejor ajo morado del mundo.