Una de cada cinco viviendas de la provincia de Toledo está deshabitada, una condición que implica que nadie la ocupa de manera continuada ni tampoco de forma esporádica. De los 439.385 inmuebles que se contabilizan en el conjunto de la provincia, en 88.755 no se registra habitante alguno. La irregular distribución de las casas vacías por el territorio toledano refleja una cierta correlación entre renta y porcentaje de ocupación: hay más viviendas habitadas allí donde la posición socioeconómica es más favorable.
La ciudad de Toledo y su alfoz concentran las zonas con mayor ocupación (legal) de viviendas en la provincia. Cobisa es el municipio con menor ratio de viviendas por habitar: apenas 75 inmuebles, de los más de dos millares construidos, no son disfrutados por propietarios o inquilinos (3,7%). Argés (5,3%) y Olías del Rey (5,6%) también muestran altos índices de inmuebles con residentes, unas cifras que evidencian el interés que despierta el contorno de la capital regional como lugar para establecerse. En la capital regional, el porcentaje de hogares sin gente se sitúa en el 6,2% sobre el total de inmuebles con que cuenta la ciudad: el dato confirma la escasez de excedente a la que otros indicadores aluden y contradice la imagen de vacío en determinados barrios como el Casco Histórico, Palomarejos o Santa Bárbara.
Nambroca y Burguillos reproducen el mismo comportamiento favorable respecto a la proporción del censo de viviendas ocupadas (6,4% y 8,6% respectivamente). En Pepino, en los alrededores de Talavera, se da un patrón similar en cuanto a la escasa desocupación de los edificios (6,6%).
Los datos, sin embargo, empeoran en zonas alejadas de los principales núcleos urbanos. En estos puntos se adivina una doble causa: por una parte, la pérdida de habitantes y el envejecimiento de los censos; por otra, la existencia de un excedente de hogares que nunca llegaron a encontrar un comprador. Los municipios que tienen una mayor tasa de viviendas sin residentes son, además, más proclives a la problemática derivada de la okupación ilegal.
Una decena de pueblos de la provincia tiene más del 35% de sus casas vacías. Se trata de Chozas de Canales (35%), Corral de Almaguer (35,2%), Villatobas (36,3%), Alcaudete de la Jara (36,7%), Cuerva (37%), La Guardia (37,4%), Las Ventas con Peña Aguilera (37,4%), Recas (37,8%), Yeles (38,9%) y Huerta de Valdecarábanos (44%). La elevada presencia de casas sin habitante recorre territorios de elevado crecimiento poblacional en las últimas décadas (tal es el caso de los municipios de la comarca de La Sagra), municipios de zonas afectadas por la despoblación y la pérdida de músculo económico (los pueblos de La Jara) y enclaves emplazados en la Mancha toledana sin el tamaño de las agrociudades que destacan en este vasta espacio.
En el caso de las localidades sagreñas con mayor tasa de casas sin ocupar, el origen apunta al furor de la burbuja inmobiliaria. Las expectativas de venta de viviendas del sector en estos municipios no se cumplieron y una parte de los inmuebles que se construyeron en los años previos a 2008 se quedaron sin dueño. La okupación es una de las realidades que afrontan estos ayuntamientos, una dificultad que la falta de tenedores propicia.