«La inteligencia artificial tendrá un gran papel en el cine»

M.G
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CiBRA obsequió ayer a los estudiantes de varios centros educativos con una masterclass de la mano del director de fotografía José Luis Alcaine, un reconocido profesional que ha trabajado con prácticamente todos los grandes directores de cine del país

José Luis Alcaine impartió ayer una masterclass en Toledo de la mano del CiBRA - Foto: David Pérez

Los paraguas pueden ser protagonistas de cualquier película y no precisamente porque se recree un día lluvioso. En el cine de José Luis Alcaine todo es posible para buscar la luz adecuada y una buena imagen que relate la cámara. El reconocido director de fotografía atesora cientos de anécdotas de sus rodajes, de esa trastienda mágica que consigue que la película tenga vida. No es frecuente echar mano de los paraguas, pero José Luis Alcaine no paró hasta dar con la iluminación que buscaba en 'El sur', de Víctor Erice. La única manera de conseguir más amplitud fue colocando paraguas blancos para reflejar la luz, aunque llevara bastante tiempo de preparación.

Alcaine podría presumir de mucho, pero huye de protagonismos a pesar de haber recibido multitud de premios, trabajado con prácticamente todos los grandes directores nacionales y unos cuantos internacionales y aportar a su profesión  la innovación, el perfeccionismo, la constante búsqueda del color, la expresividad a través de la luz, un coctel con sello propio inagotable. Alcaine está preparado para que le suene el móvil en cualquier momento para un nuevo proyecto. Está a la espera y sus 85 años no son un problema. Puede que  la llamada vuelva a ser la de Almodóvar, con el que firmó 'Madres paralelas' hace un par de años, o cualquier otro director con ganas de repetir una vez y otra más.

Una de las llamadas recientes fue la de Gabriel Castaño, director del Festival del Cine y la Palabra (CiBRA), que llevaba tiempo detrás de él para que impartiera una masterclass, pero los compromisos profesionales se lo impedían. Sin embargo, la agenda ha terminado coincidiendo y ayer charló con un buen número de alumnos de varios centros educativos en la Consejería de Educación.

Lleva años impartiendo masterclass como la que ofrece en Toledo destinada a jóvenes que quieren dedicarse al cine. Por su experiencia... ¿Observa que falta cultura cinematográfica?

Hay mucha cultura cinematográfica, pero tiene que haber más. Posiblemente, es necesario englobar la imagen en su totalidad de alguna manera. Por ejemplo, la pintura, antes de que apareciera el cine, era una forma de relatar, y más tarde se dejó de lado cuando apareció el cine y la pintura abstracta. Fue un arte precursor del cine y tengo claro que es necesario estudiar también la pintura, la publicidad, la televisión e internet, que está llena de imágenes por todas partes. 

Por otra parte, en estos momentos la juventud no lee apenas, pero sí se expresa con imágenes y hay que aprovecharlo y tenerlo en cuenta para que de alguna manedescubra la forma de comunicarse a través de la imagen.

 

Las nuevas tecnologías suponen un avance para la imagen, ¿es una ventaja a la hora de dedicarse al cine o una exigencia que implica un continuo reciclaje?

No podemos olvidar que la aparición del digital, uno de los hechos más importantes relacionados con la imagen, ha cambiado un poco la forma de enfrentarse a la imagen y ha traído efectos positivos y negativos. Evidentemente, el coste de hacer una película o un relato cinematográfico se ha abaratado mucho, y ha aumentado la posibilidad de obras variopintas y de calidad, sobre todo, en los documentales y en los cortos, en las películas no tanto. 

En este caso, todo se abarata  y la producción también aprieta para que sea menos costosa, lo que posibilita que ahora se pueda rodar con muchas cámaras. Antes el relato se hacía únicamente con una cámara y se estaba muy pendiente de lo que ocurría y del punto de vista, ahora se hace con cuatro cámaras, el director las coloca y la película se hace en postproducción en lugar de en el rodaje, donde se encuentra el eje humano de la historia. A mí me parece un inconveniente muy importante. 

¿Puede llegar a jugar un papel importante la inteligencia artificial en el cine?

Seguro, sin duda, un papel importantísimo, bastante más de lo que se piensa ahora. Con la inteligencia artificial uno puede reproducir casi perfectamente en pantalla a un actor que haya muerto y eso hace que todo esté controlado por los sistemas de postproducción... Eso es terrible porque pierde uno el contacto humano. 

Para que el espectador pueda disfrutar de la labor del director de fotografía, ¿es necesario ver las películas más de una vez?

En general, menos las películas españolas, todo el cine en general se ve con subtítulos, y eso no ocurría en los años 50, 60 o 70, se puso de moda con la Nouvelle Vague francesa, que decía que el sonido era muy importante y había que conservar el habla. Sin embargo, tiene un gran inconveniente porque los subtítulos roban la atención de los espectadores y se la quita a la imagen y no es bueno. 

Desde mi punto de vista, creo que hay que ver las películas más de una vez si uno no quiere perder el sonido original, y un segundo pase para disfrutar de la imagen. Hay películas que tienen tanto diálogo que te tiras dos horas en el cine leyendo y no disfrutando de la imagen ni de la película y es contraproducente.

Lleva en activo más de cincuenta años y ha trabajado con prácticamente todos los grandes directores españoles. Imagino que para que funcione ese matrimonio entre el director de fotografía y el director de cine una de las recetas será no tener ego y sí empatía para saber entenderse, ¿no?

Sí. Ahora se lleva un tipo de fotografía que le va bien a la producción que, en parte, ha sido introducida por los americanos. No se ilumina secuencia por secuencia, sino por decorados. En este caso, se pone una luz en el decorado y cuando llegan los actores y el director ya está la iluminación y se empieza, pero también es contraproducente. A mí lo que me parece importante son las expresiones de los actores, algo que también los espectadores quieren ver, pero de esta otra manera, a veces, está bien relatado y otras no y parece que da igual que esté mal iluminado.

Conoce muy bien a Pedro Almodóvar porque ha trabajado en la mayor parte de sus producciones, concretamente en ocho. Se sabe que es un director muy meticuloso. ¿Es quizá con el que es más difícil trabajar?

No. No he tenido nunca ningún problema con él. Antes de rodar la película hacemos una pequeña prueba, discutimos sobre los colores, los corregimos y nunca hemos tenido una discusión. Para Pedro cualquier detalle es muy importante. Las librerías, por ejemplo, con muy importantes y coloca cada libro para que no se pierda nada porque tiene claro que todo cuenta en la imagen, aunque sea un detalle.

¿Y es complejo a nivel técnico por la obsesión de Almodóvar con los colores, de resaltar esos rojos y naranjas tan habituales en su cine?

No. Para mí no lo ha sido, quizá para otros sí. Depende de cómo es la fotografía y en lo que se basa. En este caso, yo coincido muy bien con Pedro. 

¿Qué le ha enseñado usted al cine siendo un director de fotografía muy innovador a lo largo de su carrera profesional?

Hay algo muy importante en el cine que no se tiene tanto en cuenta y sí se debería. El cine está hecho por un equipo de personas, no solamente por figuras, como la de un director de fotografía, unos actores y un director, también hay un decorador, vestuario, efectos, y todo eso tiene un peso en el película y hay que considerarlo. Lo que está muy bien en el cine es cuando tú trabajas en equipo, te encuentras a gusto y ellos también, así no se cometen injusticias. Cuando alguien tiene poder podemos dañar el trabajo de otros y eso no es bueno. 

Con una dilatada carrera profesional como la suya tendrá muchos trucos y patentes que otros profesionales heredan, ¿no? 

Sí, aunque no las considero patentes en sí. Como colocar paraguas para la luz me consumía mucho tiempo y era dificultoso,  busqué otra manera de iluminar más sencilla y un día se me ocurrió utilizar fluorescentes. En aquella época en la que empecé a utilizarlos, en los años 80, nadie los usaba y todos mis compañeros de profesión lo criticaron y dijeron que daban una luz horrible, pero yo estaba convencido de que sí se podía y así fue. Ha pasado el tiempo y ahora todas las películas llevan fluorescentes o algo parecido. 

Cada vez se cuida más la imagen y se proyecta de más maneras. Tenemos las salas de cine, la televisión, los ordenadores, los móviles... Sin embargo, ¿el  hecho de ver películas en plataformas en casa y no en pantallas de cine no pierden desde el punto de vista de la imagen?

Depende de la película. Ahora mismo hay tantos formatos que hay directores que piensan casi para el teléfono. El problema mayor que hay es que es prácticamente imposible que la creación de una imagen se adapte a todos los formatos y es un problema gordo que hay que resolver en sí mismo. 

Desde hace prácticamente un año se encuentra en stand by la Ley del Cine. Sin embargo, los directores de fotografía ya han alzado la voz varias veces para que se les reconozca la autoría. ¿Cómo se encuentra el tema?

Hay dinero y cuando ocurre esto... Hay derechos y cuando los hay la gente se pelea como loca por esos derechos. Por tanto, si el director de fotografía llega a tener derechos esto provocaría una disminución en los derechos de otros y eso es una lucha casi a muerte. No sabemos lo que va a ocurrir, pero está claro que el dinero está en juego y lo complica.