Después de décadas de investigaciones, el yacimiento arqueológico de Vega Baja continúa sin ofrecer respuestas lo suficientemente firmes sobre su pasado. De hecho, los expertos locales tienen diferentes interpretaciones de lo que significan o transmiten los restos allí yacentes y si se corresponden o no con una gran ocupación visigoda de la zona.
Un debate científico que ha salido a la luz a raíz de una publicación en el diario El País este pasado fin de semana. En ella, el periodista analizaba la situación de Vega Baja tras el estudio de varios informes sobre el yacimiento y ofrecía varias conclusiones apoyadas en los mismos, como que «nadie sabe a ciencia cierta qué es», que el yacimiento presenta varias construcciones romanas que fueron aprovechadas después como «fincas de recreo visigodas» o que en la actualidad existen discrepancias «por desconocimiento de las catas arqueológicas realizadas».
Tras dicho artículo, el arqueólogo Antonio Gómez Laguna mostró en sus redes sociales una postura bastante alejada de lo que se ofrecía en este medio de comunicación nacional. Principalmente, hay un punto de conflicto, el que sitúa por un lado la capital visigoda en el interior del Casco Histórico y el que lo hace en Vega Baja y su entorno.
Jorge Morín - Foto: David PérezGómez Laguna defiende lo segundo, que las diferentes excavaciones realizadas en Vega Baja «sólo llegan a una conclusión», que el yacimiento es visigodo y que se trata del «suburbio tardoantiguo». Además, justifica esta teoría en su apuesta por la presencia del Palacio Real Visigodo de Toledo en los restos hallados en 2001 en San Pedro El Verde «fechado entre los siglos VI y VII».
La otra interpretación la secunda, entre otros, Jorge Morín. Él es uno de los especialistas mencionados en el artículo de El País por los ensayos internacionales en los que ha participado. Él no niega que hayan exisitido ocupaciones visigodas en Vega Baja, porque cree que es evidente que las hay, pero rechaza que éstas fueran algo parecido a una ciudad, «ni siquiera un suburbio, sino más bien espacios periurbanos».
Lo cree así por la historia de Toledo y por la de las ciudades visigodas estudiadas en su trayectoria. Para Morín, «la dinámica de Toledo con las diferentes civilizaciones es la de instalar el centro militar junto al Alcázar», mientras que en otras capitales visigodas como Toulouse o Barcino o en imperios como Roma o Constantinopla «no se construye nada fuera de las murallas».
Antonio Gómez Laguna. - Foto: David PérezEs por eso que Jorgen Morín rechaza que los restos arqueológicos de San Pedro El Verde se correspondan con los de un complejo palatino, porque «no tiene planta como tal, sino basilical» vinculando estos vestigios a los de «una iglesia suburbial».
Por su parte, Antonio Gómez Laguna critica la versión de que el Palacio Real se encuentra bajo el Museo de Santa Cruz, así como el resto de la ciudad, porque «no hay evidencias al respecto». Este arqueólogo no compra dicha interpretación porque desde su perspectiva cree que «se llevan 40 años realizando excavaciones de todo tipo y condición en el Casco»; e incluso «excavaciones en supuestas iglesias visigodas como San Sebastián o El Salvador para luego descubrir que son mezquitas», concluyendo que en ninguna de ellas se han hallado restos compatibles con ese palacio o «con ninguna ciudad visigoda en la cima de Toledo».
Sea como fuere, Vega Baja ha dejado un último debate que deja la postura de Gómez Laguna con una defensa férrea al yacimiento y a seguir excavando en el mismo y la de Morín, que vincula una gran inversión a pocos resultados interesantes.