El Ayuntamiento de Toledo, Plena Inclusión Castilla-La Mancha y la Fundación Mapfre presentaron una nueva edición del programa Juntos somos capaces, una iniciativa que favorece la inclusión de personas con discapacidad en el mundo laboral a través de prácticas en organismos vinculados a la institución municipal.

Se trata de un «proyecto muy interesante», según lo define Marisol Illescas, edil de Asuntos Sociales, Inclusión, Familia y Mayores. La propuesta facilita el acceso a un puesto de trabajo a personas como Daniel Fernández, un hombre de 35 años que ha sido uno de los participantes de la última edición del plan. Fernández ha desarrollado su labor en la biblioteca municipal del Polígono, realizando tareas relacionadas con la gestión y la catalogación de los fondos editoriales que alberga este recurso cultural. «He puesto códigos de barra y etiquetas a las libros», explica el trabajador, quien agradece tanto «la oportunidad» como el apoyo recibido por «sus compañeros» bibliotecarios y los monitores que le han guiado. La experiencia profesional de Fernández incluye, además, su paso por empresas como Alcampo, el hotel Beatriz o una residencia de ancianos.

El convenio entre el Consistorio y las dos entidades de interés sociales fue rubricado en 2019. Desde entonces, un total de 21 personas con discapacidad han disfrutado de un periodo de prácticas. En la última edición, han sido seis los beneficiarios, repartidos entre la biblioteca del Polígono, las instalaciones del Patronato Deportivo Municipal y el Centro Social Benquerencia. Estos centros de trabajo suponen «entornos normalizados» para el desempeño de una actividad laboral. En los próximos meses, otras seis personas se incorporarán a Juntos somos capaces, un programa que se estructura en dos turnos anuales y para el que no hay límite de edad. La Fundación Mapfre y el Ayuntamiento lo financian a partes iguales.

«El escenario es fundamental», insiste Daniel Collado, director gerente de Plena inclusión Castilla-La Mancha, ya que consagra la «autonomía» que se busca para esta porción de la sociedad y les convierte «en personas visibles que tienen contacto con otras personas».

La realización de un periodo de prácticas en una administración pública impulsa el «salto a una empresa ordinaria», subraya la edil toledana. La presencia de estos perfiles, además, se relaciona con una mejora del «clima» laboral en las empresas. «No sólo se benefician las personas con discapacidad, también lo hace el conjunto de la organización».

El trabajo de las instituciones dedicadas a la inclusión incrementa las posibilidades de encontrar un empleo a muchas que personas a las que no les resulta sencillo. «El acceso al empleo es más complicado si la persona tiene discapacidad y aún más si se trata de una discapacidad mental», razona Collado.

Las «habilidades» que las personas adheridas a este plan aprenden también les abre el camino para «preparar oposiciones a la función pública», otra de las vías para una vida autónoma.

UN PLAN INTEGRAL. La responsable municipal de Inclusión anuncia que el Ayuntamiento está trabajando en la elaboración de un Plan de Inclusión Global para la ciudad. «Es un reto que tenemos por delante», dice Illescas. La meta que se persigue es que «las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo» puedan «acceder en igualdad a un puesto de trabajo o realizar prácticas laborales».