Detalles musicales VII: Trompeta de Húsares de la Princesa

Roberto Sánchez Pérez
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En un recorrido por el Museo del Ejército encontramos diferentes obras de arte en las que aparece la figura del Trompeta de Húsares de la Princesa. Entre ellos una obra pictórica, un diorama y dos miniaturas

Fotomontaje de las piezas del Museo en el que aparecen tres soldados músicos. - Foto: Museo del Ejército

Desde el Museo del Ejército seguimos resaltando la presencia de la Música en el Arte y hoy nos detenemos en cuatro detalles musicales personalizados en la figura del Trompeta de Húsares de la Princesa. Para ello haremos un recorrido por nuestro museo destacando obras de diferentes tipologías que han reflejado este personaje en sus composiciones. La primera la podemos ver en la obra pictórica de J. Chaves, copia del original de Joaquín Domínguez Béquer, La paz de los marroquíes. La segunda el Diorama del Regimiento de Húsares de la Princesa de Vicente Julia 'Chauve'. Y la tercera y cuarta en las miniaturas del desfile de Joaquín Pla Dalmau, Tropas de Isabel II, reina de España.

Los ejércitos europeos empezaron a incorporar Húsares desde el siglo XVIII, empleados como caballería ligera. Sus funciones principales eran las de consolidar el avance de la artillería y la caballería pesada. Los instrumentos de la caballería desde tiempos inmemoriales fueron las trompetas y los timbales. Se sabe que las primeras unidades de dragones que utilizaban caballos como elemento táctico de transporte, pero combatían a pie, llevaban tambores. En 1715 se dispuso que cada compañía de caballería llevase un trompeta, además del cornetín de órdenes o clarín del jefe de línea.

Respecto a su uniformidad, el uso del dolman, la pelliza, la faja de nudos y los pantalones ajustados de montar estuvieron asociados de forma indivisible con la estética del cuerpo. El vestuario de los músicos-trompetas quedaba, a la libre voluntad de los coroneles, que, por especial privilegio de la corona, podía dotarlos de la librea de su casa. A partir de 1737 se dispuso oficialmente el uso de uniformes 'trocados', es decir, invertidos los colores en relación con los de la tropa. Por lo tanto, los trompetas además de montar caballos tordos, vistieron en esa época el dolman y la pelliza con colores diferentes para así ser rápidamente localizables.

En el diorama de Vicente Julia, podemos observar que el trompeta tiene el instrumento colgado en su lado derecho,  igual que su homólogo retratado en el cuadro de J. Chaves. Éste la porta en su mano, por lo que entendemos que uno está más relajado y otro en una actitud más atenta por si tuviera que tocar una orden con inmediatez. Los dos comparten similar indumentaria, pero si nos fijamos en su instrumento uno es una trompeta y otro un clarín. Esto significa que uno es el trompeta de la compañía y otro el cornetín del jefe de la formación. Esto mismo sucede en nuestra tercera y cuarta representación de los trompetas en miniatura del desfile de Dalmau. Uno porta una trompeta y otro un clarín, apreciable en la diferencia de tamaño y la colocación en dicha formación militar.

Diorama, pintura y miniatura son tres formas diferentes de representación artísticas, tres soldados músicos en diferentes contextos históricos. El arte en la milicia, la música siempre en el arte.