¡Señorita Romero, Señorita Romero, acuda a la caja número 7! Mensaje subliminal dixit. Cuando una puerta se cierra otra se abre en unos grandes almacenes. Por otro lado Dña. Yolanda Díaz se lo ha ganado, nadie la ha protegido ni ha ido al Congreso de la mano de nadie. Ha tenido un enfrentamiento con sus antiguos camaradas, se ha hecho un hueco en la política, ha cambiado los vestidos de Zara por los de Chanel, como hizo Dña. María Teresa Fernández de la Vega, y se ha empoderado de la idea de lo que es una izquierda, que aunque radical, no hace falta publicitarse entrando a las capillas chillando ni ocupar pisos de otros. Nos gustará más o menos, pero Dña. Yolanda se cuidó muy mucho de derogar la reforma laboral, que tantos chillidos causó en la calle cuando Rajoy, y tantos silencios tuvo cuando metió la mano para simplemente afeitarla como se afeitaban los toros para quitarles trapío. Se ha mantenido fiel al jefe y ha conservado su puesto de trabajo. Por si alguna vez la despedían ha hecho un partido político nuevo, con los restos del naufragio de otros, se ha puesto a la cabeza y lo primero que ha decidido ha sido limpiar la era. Ya nadie podrá decir nada de una ley en la que se empecinaron otras, de cuyas gargantas, un clamor, un vocerío, acusaban a los jueces de ser unos machistas. La polémica ha terminado con la muerte civil de quien en vez de corregir un error se puso terca y le quitó muchos votantes al PSOE y bastantes a su partido. Lo de mantenella y no enmendalla es una ficción. A veces hay que dar un paso atrás y pegarse una ducha de humildad reconociendo los errores propios. Pero como dice el refrán castellano, cuando un tonto pilla una linde la linde se acaba y el tonto sigue. No se puede decir mucho más, porque el Sr. Iglesias la ha defendido con tesón aunque no sabemos si lo ha hecho con la boca chica. Pero el agua pasada no mueve el molino, y ahora ha colocado a la Vestrynge en las listas de PODEMOS, eso sí, lejos de aquí, en Barcelona. Podía haberse ido a Murcia a presentarse, pero con la polémica del agua, de los inexistentes trasvases, de las desaladoras que no desalan, etc., era mejor irse por Barcelona que ahí está la Colau. 
Volviendo al tema, vale que le perdonemos a Sánchez que nos echase unas cuantas mentirijillas, vale que haya conseguido la unión de los etarras con los separatistas, …, pero lo que sale todos los días en los periódicos es que por culpa de la ley del Sí es Sí, salgan o se rebajen las penas a los delincuentes de delitos sexuales o los maltratadores. Esa ley, como las redes perdidas en el mar por los barcos de pesca, va a seguir pescando durante años. Todos los delitos cometidos antes de la modificación PSOE/PP, juzgados o no o cumpliendo cárcel, van a recibir un premio gracias a estas señoras. ¿Habrá fiesta de despedida?