Estoy aquí para ayudarte

Manu Reina
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El número de llamadas de mujeres por víctima de violencia de género «crece un diez por ciento» con respecto al año pasado y cada vez son «más jóvenes» las que solicitan ayuda

La asesora jurídica Patricia Martínez atiende las llamadas que llegan por parte de mujeres que son víctimas de violencia de género. - Foto: Manu Reina

Estoy aquí para ayudarte. Ese es el mensaje que recibirá inmediatamente cualquier mujer que llame al 016 o al 900 100 114, gracias a que al otro lado del teléfono se encuentra un gran equipo de personas que trabaja sin descanso durante las 24 horas de cada día del año para atender y ayudar a toda víctima de violencia de género. La llamada es gratuita, como lo son también los muchos recursos a los que puede acceder cada una.

Todas las llamadas por violencia de género que se registran en territorio regional se derivan a esta centralita que tiene su sede en la capital conquense. No solo cuando se pulsa el 900 100 114, que es el número regional, sino también el 016 nacional, ya que se desvían a Cuenca para que un grupo especializado atienda a todas esas mujeres que necesitan ayuda. También se reciben llamadas del 112 o de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. 

La asesora jurídica de esta centralita y del Centro de Atención y Valoración Integral para Víctimas de Violencia de Género (CAVI), Patricia Martínez, explica que hasta el miércoles se registraron en la región 7.036 llamadas, que supone «un aumento del 10 por ciento con respecto al año pasado». Solo en Cuenca se contabilizaron 695. Todo ello sin contar el mes de diciembre, «que es siempre el periodo donde más registros hay».  

Cada víctima marca el teléfono por diferentes motivos, y «según sus necesidades y situación trabajamos de una manera u otra». Dependiendo de ello, esta centralita actúa en consecuencia. Llama inmediatamente a las autoridades para que vayan al hogar, deriva a la víctima a un centro de urgencia o una casa de acogida, además de prestarle asesoramiento jurídico o psicólogo, entre muchos otros recursos. Porque en todo momento están ahí para ayudar. 

Eso sí, Patricia Martínez recalca que «no haremos nada que la víctima no quiera que hagamos». Al mismo tiempo, subraya que «sí que vamos a acompañar a esa mujer en todo el proceso para que no corra peligro y le daremos toda la información para cuando ella lo necesite». Además, la asesora jurídica insiste en que «la llamada no quedará grabada en la factura», pero «es muy importante que la borren del teléfono porque sí que aparece en el apartado de llamadas salientes». Tan solo tienen que eliminarla para no dejar rastro.

En esta centralita analizan los datos que se obtienen a raíz de cada conversación telefónica y apuntan que «ha aumentado las llamadas de la franja de edad entre 18 a 25 años y de 26 a 35, mientras que ha descendido en mayores de 65 años». Patricia explica que esto ocurre «porque las mujeres piden ayuda antes». 

Los registros desvelan también que «ha aumentado el número de llamadas de mujeres cuya relación asciende de uno a cinco años o de cinco a diez años». Por el contrario, esta asesora jurídica explica que «ha descendido el número de mujeres que tienen una relación de más de 20 años». Esta tendencia se produce porque «las mujeres no aguantan tanto como antes».

Cuenca posee 11 plazas para acoger a mujeres víctimas de violencia de género, de las cuales cuatro son en casas de acogida y siete en el CAVI. En estos momentos, «todas las casas están llenas y tres se encuentran en el CAVI». Es una cifra baja «porque suele estar siempre lleno por desgracia». Hay, además, tres plazas en la capital para víctimas de explotación sexual.

Patricia Martínez no comprende cómo hay gente que «no quiere ver» esta lacra, pero «los datos están ahí y son tangibles». Es por ello por lo que insiste en continuar con la labor de «visibilización». Al menos, por suerte, «cada vez más mujeres conocen los recursos que hay y acceden a ellos».