Es uno de los eventos más destacados de cuantos la Iglesia Católica organiza para los jóvenes. No en vano, serán más de 300.000 los que acudan a este encuentro con el Papa.
Enfocada a personas nacidas entre 1988 y 2007, se trata de, además de una peregrinación, una fiesta de la juventud, en la que se enfoca la evangelización a los más jóvenes, con la particularidad de encontrarse «abierta a todos los que quieran asistir», tal y como explica n Daniel Rodríguez de la Cruz, Delegado de Adolescencia y Juventud de la Archidiócesis de Toledo.
Esta celebración tiene lugar todos los años en las diócesis, con ocasión del Domingo de Ramos, y cada dos, tres o cuatro años con carácter internacional en una ciudad elegida por el Papa. La primera edición de estas convocatorias universales tuvo lugar en Roma en 1986, la Jornada Mundial de la Juventud destaca como un laboratorio de fe, un lugar de nacimiento de vocaciones para el matrimonio y la vida consagrada y un instrumento de evangelización y transformación de la Iglesia, tal y como explica la propia web de la organización.
Tras Panamá en 2019, u otras como la de Madrid 2011, ahora es Lisboa quien toma el relevo haciendo de anfitriona para los jóvenes católicos.
Durante aproximadamente una semana, los jóvenes conviven con otros de diferentes puntos del planeta, generando sinergías en torno a la fe. Pero, sin embargo, casi tan importantes como los días en la ciudad elegida, son los conocidos como los «días en las diócesis», jornadas previas que, a modo de preparación, sirven también de experiencia para los participantes.
Tal y como explica Rodríguez, «los días en las diócesis de la JMJ de Lisboa de los toledanos se celebrarán en Braga». Una ciudad situada en el extremo norte de Portugal, al nordeste de Oporto, que acogerá a más de 600 de los 1.600 jóvenes toledanos que participarán en la experiencia internacional. Será del 28 al 30 de agosto, cuando mediante las diferentes actividades, los participantes irán entrando en materia de cara al evento más importante de la juventud católica.
Ya en la jornada del lunes 31 de julio pondrán rumbo a la capital lusa, donde se celebrará un encuentro con españoles, en el que se prevé que participen más de 40.000 personas.
A las jornadas de actividad espiritual, también se le suman otras de ocio, como la del 1 de agosto en la que «habrá tiempo de ir a la playa en Cascais», o la del 2, en la que visitarán el santuario de Fátima, desvela el sacerdote toledano.
Con un marcado itinerario espiritual, los participantes irán recorriendo los diferentes días de la Jornada, en la que habrá catequesis, encuentros con el Papa, un Viacrucis, la habitual Vigilia y la Misa con el Papa y acto de cierre diocesano de la JMJ.
Más de 50 parroquias, con 11 movimientos, 45 sacerdotes y 300 voluntarios conforman un elenco de participantes en el que los 1.600 toledanos que viajarán hasta Lisboa, esperan celebrar la unión y la fraternidad entre los pueblos y las naciones de todo el mundo.