«El burro preguntaría al ser humano por qué le ha abandonado»

M.G
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El Teatro de Rojas acoge hoy la obra 'Burro', del tándem formado por Álvaro Tato y Yayo Cáceres, un intenso monólogo que repasa el protagonismo del asno en distintas épocas históricas. El actor Carlos Hipólito da vida a un burro con mucho que contar

El actor Carlos Hipólito en una escena de la obra - Foto: David Ruiz

Ni rebuznos ni coces, más bien un asno parlanchín con mucho que contar y con la misión de caminar de la comedia al drama invitando al espectador a reflexionar. El veterano actor Carlos Hipólito se mete en la piel de este animal tan ligado al ser humano a lo largo de la historia en un monólogo amenizado con música, y con la garantía de éxito de un tándem teatral de altura formado por el dramaturgo Álvaro Tato y la directora Yayo Cáceres, que ya dieron vida a 'Malvivir', 'Todos hieren y una mata' y 'Vive Molière'.

La escena del Teatro de Rojas se rinde a un curioso asno que le cuenta su vida a su sombra mientras permanece atado y con la amenaza de un incendio que acerca. Por tanto, Hipólito se mimetiza con el animal ahondando en lo tragicómico, explorando textos clásicos, desgranando aventuras y desventuras en los 6.000 años de recorrido, del escenario de Grecia y Roma, al Siglo de Oro y a la Ilustración, entre otras épocas,en las que el asno fue protagonista secundario pero imprescindible compañero del ser humano.

En este nuevo proyecto teatral da vida a un burro. Llevamos tiempo escuchándole que le gustan los retos e imagino que encarnar a un asno es uno de los grandes. 

Es un reto muy grande, sí lo es. Interpretar a cualquier personaje ya lo es, pero si encima no es humano el reto se agranda. Me apasiona este trabajo en 'Burro' porque es un texto hermosísimo y un burro bastante humano porque reflexiona como nosotros. Se trata de un personaje muy bonito. 

Además, la dificultad física de incorporar un animal a escena siempre existe. Aunque no se ha querido hacer una semblanza exacta del burro, sí hacemos una evocación de sus movimientos, del aire que desplaza, de lo que para nosotros generalmente significa la imagen de un burro. En este sentido, hemos hecho un trabajo físico importante, pero lo que más destaco es que es un personaje hermoso porque reflexiona sobre lo que ha sido su vida al lado de los humanos y es un personaje que por momentos es muy divertido, irónico y gracioso, y en otros momentos es emotivo. 

Y al margen de todo esto también se añade que tengo que cantar. No se trata de un musical, pero 'Burro' es una obra de teatro con canciones, así que es otra de las dificultades añadidas, pero estoy muy feliz. 

De entrada, se trata de interpretar a un animal que no tiene una imagen tan exitosa como otros, más bien carga con una imagen poco agradecida en principio.

No lo veo así. Es posible que cuando pensamos en un animal que ha convivido con nosotros pensemos antes en un perro o en un caballo que en un burro, pero si lo piensas los burros han acompañado al ser humano desde tiempos remotos. 

Además, lo que hace más interesante la opinión del burro respecto a los humanos es que hemos utilizado siempre a los burros a través de una relación de esclavitud y normalmente no ha sido un compañero, sino una herramienta, una montura, algo que le servía al hombre para algo. Incluso en la maravilla de obra de Juan Ramón Jiménez, 'Platero y yo', el burro no entró en el ideario general de la ternura y de lo hermoso que puede llegar a ser este animal. 

Hay que pensar también que nosotros utilizamos permanentemente en nuestro lenguaje la palabra burro. ¡Qué burro eres! ¡Qué burrada has dicho! ¡No te caes del burro! Hay montones de refranes e incluso insultos que hacen referencia a estos animales. En este contexto, Álvaro Tato se puso a recopilar textos clásicos sobre asnos y se dio cuenta de algo asombroso, que hay muchísima más literatura sobre asnos que sobre caballos o perros. 

La obra hace un recorrido por 'El asno de oro' de Apuleyo, los romanos, las fábulas de Samaniego y otras hasta llegar a 'Platero y yo' y hay una gran cantidad de textos que hablan de este animal. Incluso no siendo ese primer animal el que viene a la cabeza, la gente tiene tendencia a imaginarlo con ternura.

¿Qué aporta el tándem creativo formado por Álvaro Tato y Yayo Cáceres que funciona tan bien en  teatro desde hace tiempo?

A mí me ha aportado un soplo de aire fresco. No había trabajado con ellos, aunque conocía su trabajo y me gustaba mucho. Por fin, hemos conseguido trabajar juntos y es cierto que nos buscábamos mutuamente y al final nos hemos encontrado con 'Burro'. Ellos dos aportan una manera de hacer teatro muy lúdica, muy física y con una enorme dosis de entretenimiento para el espectador, pero al mismo tiempo también tiene una gran dosis de interés literario y de profundidad en lo que cuentan. No es fácil de encontrar, pero yo en Álvaro como autor y en Yayo como directora he encontrado un apoyo extraordinario para realizar mi trabajo y estoy absolutamente feliz de trabajar con ellos. Y estoy convencido de que no será la última vez que hagamos algo juntos.

¿Qué es lo más complicado de interpretar de un monólogo que avanza de la comedia al drama, a la reflexión y la poesía si uno termina en la piel de un asno?

En el teatro es complicado todo porque hacer creíble algo desde el escenario siempre lo es, pero lo que lo hace menos complicado es tener un buen soporte y en este caso un buen texto. Cuando lo tienes, el trabajo del actor es muchísimo más sencillo y en esta ocasión estoy apoyado por este texto fabuloso. Si encima tienes un gran equipo alrededor también es algo que ayuda mucho.

En esta obra hay estructura de monólogo, pero estoy acompañado por tres músicos, uno de ellos, el guitarrista argentino Manuel Lavandera, que es buenísimo, y los otros dos, Fran García e Iballa Rodríguez, tocan teclados, percusión y la flauta travesera, y también son actores al mismo tiempo e intervienen conmigo también.  Se trata de un equipo potente y de grandes profesionales que lo facilitan mucho. 

Imagino que merece mucho la pena hacer de burro cuando las críticas teatrales le ponen un sobresaliente en su actuación.

Es muy de agradecer, la verdad. No trabajamos para las críticas, sino para el público, pero las críticas son siempre un termómetro y si gusta mi trabajo lo único que puedo hacer es agradecerlo.

Comentaba antes que el burro tiene voz en distintas épocas históricas. Si este asno tuviera voz en 2023, ¿qué diría?

Si el burro pudiera tener voz en este año le preguntaría al ser humano: ¿Por qué me has olvidado?

Y si el burro tuviera la oportunidad de  reflexionar sobre la actualidad en este nuevo montaje teatral, ¿diría algo?

La misma reflexión que hace la función. Entre el hombre y el asno, ¿quién es la bestia? Tengo clarísima la respuesta, pero que cada uno la responda como quiera. 

¿Maneja en estos momentos algún otro proyecto al margen de 'Burro'?

Ahora mismo estoy volcado en la obra totalmente y en la gira de esta función maravillosa, con la que hoy vamos a Toledo y estrenaremos felizmente en Madrid en enero. De momento, no estoy rodando nada, pero a finales de diciembre se estrenará una película que rodé el invierno pasado llamada 'Palacio estilistas', la ópera prima de Moisés Martín como director, y habrá que esperar a que se estrene para ver qué ocurre con ella.