De la exigencia al escepticismo. La equivalencia de 100 a 0 para el estado de ánimo de los aficionados. Si al CD Toledo previo a la llegada del nuevo entrenador sse le reclamaba ganar donde fuera, al CD Toledo de Rubén Gala no se le tiene demasiada fe, y menos si se visita el Paquito Giménez para medirse con el UD Socuéllamos, un campo y un rival que ha arrancado demasiadas muelas en las últimas temporadas y al que ahora mismo no se le mira desde arriba. Curioso.

Este domingo a las 12:00 horas se parte de cero, así que todo lo que venga positivo, será acogido con ilusión y esperanza. Si no, aflorará la indiferencia y el derrotismo. A estos estados de ánimo está subida la afición (en general) en los últimos días, sin caer en la cuenta que los puntos que se van ya no van a volver, y todavía hay tiempo para que la situación en la tabla sea más agradable.

Con el cambio de timón, se desconoce qué once va a hacer frente a uno de los rivales más férreos de la categoría, que acumula ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota. Los de Jacinto Trillo harán valer su condición de local, con un campo entregado. Pero las características del Paquito se ajustan a un Toledo que ya ha demostrado este curso que sabe adaptarse a estas condiciones con un juego directo y exprimiendo hasta la última gota el balón parado.

Es posible que haya cambios de jugadores, y hasta de esquema, aunque lo más inteligente, con apenas dos sesiones de entrenamiento, sería dar continuidad al estilo iniciado por Carlos Gómez, para retorcerlo (si se quiere) ya la semana que viene. La gente pide a Oliva en el lateral derecho. ¿Lo hará? Y también probar otro centro del campo. ¿Jugará Rodri? En la delantera, habrá que ver si alguien acompaña a Manu Gavilán o el palentino prefiere más control en vez de presencia. Habrá que ir conociendo al nuevo. No le juzguen aún.