jajuez@diariolatribuna.com

El cemento, uno de los productos tradicionales de la industria radicada en Toledo, continúa su descenso con esta crisis a cotas muy alejadas en el tiempo, más de medio siglo. Según el último balance hecho público por la organización empresarial del sector, Oficemen, el consumo de cemento en los últimos 12 meses se sitúa en 5,4 millones de toneladas. Esto supone una utilización por habitante en España de 230 kilos, una cifra por debajo de la del año 1962.   

A raíz del estallido de la burbuja inmobiliaria primero y del hundimiento general de la economía después, puede estimarse que el sector cementero español  ha perdido ya un 80 por ciento del consumo que abastecía hace seis años. Aunque la perdida que se espera para este año, un 21 por ciento, quede por debajo del 34 por ciento que se registró en 2012, Oficemen no desea seguir tocando fondo. Y es que también se espera que la caída de consumo continúe el año que viene, aunque en menor medida.

Por ello, el presidente de la patronal cementera, Isidoro Miranda, ha reclamado en una rueda de prensa una reactivación de la inversión en infraestructuras. Oficemen se remitió a los datos del instituto estadístico europeo Eurostat, según los cuales este año  España será el país de la UE con menor ratio de inversión pública en comparación con su Producto Interior Bruto (PIB). «Esperamos que la moderada relajación de los objetivos de déficit permita a las diferentes administraciones públicas incluir en sus presupuestos partidas destinadas a recuperar los niveles de inversión», afirmó Miranda. Añadió que «como país no nos podemos permitir seguir paralizando la obra pública ya que hipotecamos nuestro futuro», apuntando a las deficiencias existentes en saneamiento y distribución de agua, la necesidad de nuevas infraestructuras para el sector turístico y la conservación de las ya existentes.

Oficemen también ha solicitado al Gobierno medidas que promuevan las líneas de crédito. «La construcción es el sector que más rápidamente puede dinamizar la economía con materiales y empleo locales. Y para ello es necesario que el crédito fluya», comentó Miranda.

Pérdida de empleo en 2012.

Este nuevo balance de mitad de año de Oficemen llega después de que la mayor parte de empresas que la integran hayan acometido fuertes recortes de plantilla tras acumularse años de hundimiento de ventas. En el caso de Toledo, esto se ha traducido en sendos ERE en las plantas cementeras de Cemex en Yepes y Holcim en Yeles, que quedaron reducidas a instalaciones de molienda tras perder en conjunto 142 empleos de los más de 200 que sumaban. Sólo la factoría de Lafarge en Villaluenga mantiene una actividad completa, con sus hornos de producción encendidos.

Si en 2011 se estimaba que el sector cementero había perdido un 25 por ciento de su plantilla total en España respecto a 2007, al cierre de 2012 se elevó este porcentaje al 45 por ciento, conservándose unos 4.400 puestos de trabajo.  Sin embargo, fuentes de Oficemen contrastan esto con el 80 por ciento de caída del consumo de cemento en este tiempo para enfatizar el esfuerzo de las cementeras por conservar el máximo de empleos posible.

Los residuos ya son la cuarta parte del combustible empleado en las cementeras.

Un gran coste energético que soporta la industria cementera  es el de los combustibles. En este sentido, el conjunto de la industria lleva años haciendo un gran esfuerzo inversor para adecuar sus instalaciones al uso de combustibles alternativos procedentes de residuos. Según los últimos datos hechos públicos por Oficemen, en 2012, el sector recuperó la energía de casi 800.000 toneladas de residuos, lo que significa que un 25,6 por ciento de lo que necesita.

«Con la ayuda de la Fundación CEMA y Flacema, el sector ha hecho un gran esfuerzo en los últimos años y ya estamos más cerca de la media europea en el uso de combustibles alternativos que se sitúa en el 30 por ciento. Pero aún nos queda un largo camino por recorrer para acercarnos a los porcentajes de algunos de nuestros vecinos, como Holanda, Austria, Alemania y Noruega, con porcentajes superiores al 60 por ciento. Hay que tener en cuenta que utilizando estos combustibles evitamos además que los residuos no reciclables terminen en un vertedero», indicó el director general de Oficemen, Aniceto Zaragoza.

El uso de residuos como combustible ha sido recientemente noticia en Toledo después de que Cemex solicitara la renovación de la autorización para su uso en su factoría de Yepes. Las objeciones puestas por el Ayuntamiento de la población ocañense ha supuesto que la compañía advierta que la no concesión del permiso puede llevarla a cerrar su factoría.

Por otro lado, Oficemen dio datos sobre las exportaciones de cemento español en el primer semestre del año, que han alcanzado los 3 millones de toneladas, lo que supone un crecimiento sólo del 6% respecto al mismo período del año anterior. «Son cifras alentadoras –explica Miranda– pero que por desgracia no cubren la fuerte caída del mercado nacional». Las plantas españolas han logrado llevar su producción a 36 países. Oficemen considera que, para avanzar en la exportación, es preciso competir en iguales condiciones con otros países, por lo que pidió que la nueva reforma energética no incremente sus costes de producción.

De Lafarge a Oficemen.

El último balance semestral de Oficemen ha sido el primero presentado por el nuevo presidente de la agrupación de productores de cemento. Se trata de Isidoro Miranda, directivo de una de las compañías vinculadas a Toledo, Lafarge.

Miranda es director general de Lafarge en España y director general adjunto de la multinacional francesa, para la que trabaja desde 1995. Ha sido elegido por los miembros de Oficemen junto a una directiva en la que también figuran como vicepresidentes dos representantes de compañías implantadas en la provincia. Son el consejero delegado de Holcim España, Feliciano González, y el director general de Cemex, Jaime Ruiz de Haro.