De una basílica y un ninfeo a un palacio y un mausoleo

Galán
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El Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda de Toledo acogió ayer unas jornadas de investigación sobre la labor realizada a lo largo de 40 años en el yacimiento arqueológico de Santa María de Abajo, en Carranque. A debate, su interpretación

Jornadas celebradas en el Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda.

La investigación arqueológica tiene multitud de interpretaciones. Una de ellas se abordó ayer en el Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda sobre el yacimiento de Santa María de Abajo en Carranque. Se hizo mediante una radiografía de las diversas actuaciones que allí se vienen desempeñando desde el año 1983 con su descubrimiento y que corrió a cargo de la profesora de la UNED y doctora en Arqueología, Virginia García-Entero.

Ella, rodeada de su equipo de investigación, realizó un resumen de lo hallado en el espacio arqueológico, así como de las diferentes interpretaciones que se han hecho a lo largo de su historia.

García-Entero comenzó ilustrando a los asistentes con imágenes del mosaico descubierto en 1983 por un hombre que araba tierras en el entorno. Según la ponente, el mosaico revelaba «muchísima información» a través de una cartela, como el nombre del taller que lo realizó, su autor o el nombre del dueño de la casa donde se encontraba el mismo.

A lo largo de los 40 años de investigación que hoy se conmemoran, los trabajos denotaron tres grandes construcciones. En un primer momento se identificaron como una basílica tardorromana, un ninfeo y una villa romana. Sin embargo, un cambio en el equipo investigador, del que entró a formar parte García-Entero, los rebautizó como un edificio palacial, un mausoleo y un asentamiento agropecuario respectivamente.

Asimismo, la ponente aseveró en las jornadas celebradas ayer que  sus intervenciones revelan claras huellas de actividad Alta Imperial relativas a los siglos I o II después de Cristo que fueron amortizadas en construcciones posteriores.