En busca de un timonel

M.R.Y. (SPC)
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La inesperada dimisión de Costa obliga a los socialistas portugueses a elegir a un nuevo líder que les mantenga en el poder

En busca de un timonel - Foto: Europa Press/Contacto/Maria JoÁ£

António Costa será un nombre para la Historia en Portugal. Por diversos motivos. El primero, por ser el creador de la geringonça, el término con el que se denominó al pacto de legislatura que firmó en 2015 para gobernar en minoría con el apoyo parlamentario de los bloques más a la izquierda del Partido Socialista (PS) que él encabezaba. El segundo, por ser capaz, no solo de superar el escollo de una alianza más que complicada, sino de hacerlo con éxito: después de ser sometido a una moción de censura por sus entonces socios, ganó por mayoría absoluta las elecciones de 2022. Y el, hasta ahora, último punto, por ser el primer jefe del Ejecutivo luso que dimite durante su ejercicio al verse salpicado por una operación judicial contra la corrupción en el seno de su Gobierno.

Curiosamente, aunque inicialmente la investigación le apuntó como integrante del conocido como caso Influencer -por posible corrupción en negocios vinculados con el litio y el hidrógeno verde-, finalmente se trató de un error en las escuchas: la Fiscalía se equivocó al transcribir uno de los audios y confundió al primer ministro con el titular de Economía, António Costa Silva. 

A pesar de ello, el premier insistió, no solo en su renuncia -con un contundente «entiendo que el papel de primer ministro no es compatible con la existencia de cualquier sospecha»-, sino en no volver a concurrir a las elecciones ni ocupar, al menos por el momento, un cargo público -su nombre suena para algún puesto en la UE-, reiterando que, hasta que su nombre no esté limpio de cualquier duda, no volverá a la vida política porque, además, tiene «la conciencia muy tranquila».  

El reto, pues, es mayúsculo en el seno del Partido Socialista, puesto que afronta una etapa de incertidumbre en su búsqueda de un nuevo timonel. Que no puede ser cualquiera. Costa ha dejado el listón muy alto, llevando al PS a un poder inédito que ahora se juega seguir o no el  poder y de qué manera.

La mayoría de los expertos coinciden en que en las elecciones que se celebrarán el próximo 10 de marzo no se repetirá la mayoría absoluta que consiguió el ahora jefe del Ejecutivo interino en 2022. El ánimo entonces era muy diferente y la traición que comunistas e izquierdistas llevaron a cabo contra el Gobierno socialista se saldó con un respaldo absoluto al PS.

La posibilidad de que sí que haya un nuevo triunfo de ese partido dependerá, en gran parte, de quien tome sus riendas. Porque el candidato a mantener la actual línea moderada, José Luís Carneiro, puede tumbar las pretensiones progresistas al haber asegurado que no dudará en dejar gobernar a los conservadores si es necesario para evitar que la ultraderecha entre en el Gobierno. Por contra, la opción más a la izquierda, Pedro Nuno Santos, parece ser la más respaldada entre una militancia que, tras la salida de Costa, podría apostar por el cambio.

Estas dos líneas, a la que se podría sumar una tercera, la del también moderado Mário Centeno, se decidirán el próximo mes de diciembre en unas primarias determinantes para el futuro del partido. Porque, dependiendo de quién lo lidere, se verá cómo se hace frente a un Partido Social Demócrata (PSD) que también ha cambiado de manos, ahora con Luís Montenegro al frente, que aglutina las tendencias más moderadas de la derecha y tiene la puerta abierta a los liberales y a los democristianos. 

Pero, sobre todo, preocupa el auge de la ultraderechista Chega, tercera fuerza parlamentaria y cada vez más al alza en una Europa en la que los extremistas parecen estar ganando fuerza ante el cada vez mayor descontento de la ciudadanía con la clase política.