Son días de movernos, generalmente, de nuestras casas. Intentamos variar cada año y, después de la pandemia, lo de las aglomeraciones todavía hay mucho público que lo lleva medio regular. Es lo más normal del mundo, pero, poco a poco hemos de ir retomando la normalidad.
Dentro de esa variedad que buscamos y esa normalidad que nos gustaría retomar, tenemos cerca muchos ejemplos de oferta turística renovada y apetecible, atractiva y dinámica.
Castilla-La Mancha está llena de múltiples manifestaciones que necesitan de nuestros ciudadanos para poder mantenerse y, a su vez, necesita de público para poder retroalimentarse y promocionarse más.
Tener la oportunidad de ver la imaginería de los artistas que cincelaron sentimientos en materiales diversos. Conocer el trabajo que, durante cientos de horas, ha llevado bordar los mantos de la Dolorosa, o colocar los claveles reventones que acarician los pies de la imagen del Cautivo.
Pero el sentimiento de cada cual, muy subjetivo, es una gota en un mar de emoción que se mueve por las calles de todos los municipios. Poder encontrar una catequesis a través de la representación por las calles y plazas de Villatobas. El que se te vuelque el corazón por el pequeño Aarón en la Pasión de Villanueva de Bogas. La desazón por conocer que faltan portadores para sacar una Virgen o un Cristo en los pueblos porque son pocos los jóvenes y algunos se han descarriado, temporalmente, hasta que maduren y vean la Luz.
Es tiempo en el que la implicación de los muchos que se esfuerzan por mantener el fervor, la tradición, la Fe, tiene su premio al procesionar por nuestros núcleos rodeados de silencio, respeto y emoción.
Cada uno lleva su penitencia, cada cual tiene su intención, pero, ante todo, contamos con un ingente patrimonio que podemos aprovechar para admirar en estos días de Semana Santa en el que la virtud está en el recogimiento personal; en el que el aprovechamiento está en poder visualizar todo con otra mirada, no sólo la de los ojos; donde el enriquecimiento estará en saber degustar aquello que descubramos.
Disfruten de la Semana Santa en Castilla-La Mancha porque los verdaderos tesoros no sólo son aquellos que se puedan llegar a tocar, sino aquellos que podamos vivir con intensidad, con esperanza y gran emoción.