El Cristo más cercano de la ciudad, por el hecho de ir sobre los hombros de sus cofrades directamente y a pocos metros del suelo, hizo honor a su nombre y volvió a enamorar a los toledanos. Quizás más que nunca. Ya sea por el numeroso ambiente que está viviendo Toledo durante este inicio de la Semana Santa o por los meros atributos de la cofradía, el Cristo del Amor reunió a numerosos fieles en esta noche de Martes Santo.
Aproximadamente un centenar de hermanos, 22 de ellos nuevos, partieron del convento de Santa Isabel tras su fugaz paso por la Catedral del año pasado. Nadie quería perdérselo. No cabía un alfiler por esas pequeñas calles hasta la plaza del Ayuntamiento, donde la fachada consistorial y el propio Templo Primado permitieron dotar a esta cofradía de una buena estampa para realizar fotografías.
En su largo camino por el Casco Histórico, los cofrades con vestimenta gris ceñida con cíngulo, capelina y escapulario negro rezan el Sermón de las Siete Palabras ante seis conventos de religiosas y el Palacio Arzobispal. Junto a estas oraciones, otro momento llamativo que atrajo muchos espectadores fue la bajada de las escaleras de Padilla que, por sus dimensiones, obliga a extremar la precaución para que el Cristo del Amor continúe su liturgia sano y salvo. Los hermanos tuvieron que retirar los faroles del paso en este tramo para facilitar su camino.
El Cristo del Amor en Santo Domingo el Real. - Foto: DominguínAlgo parecido ocurre a su trayecto por el cobertizo de Santo Domingo el Real, donde los cargadores, por las medidas de la Cruz, tienen que bajar la Imagen de las andas y portarla directamente a hombros.
Tras su paso por los Cobertizos llega hasta Alfileritos para dejar atrás el barrio de los Conventos. Pasadas la 1 de la madrugada, los cargadores frenan el paso en la plaza de San Vicente para esperar al Cristo de los Ángeles, al que le rezan un nuevo canto antes de que entre al convento de las Gaitanas. Tras este encuentro que volvió a reunir a cientos de personas pese a su horario de madrugada, el Cristo del Amor y sus hermanos cogen dirección de nuevo a Santa Isabel para, en solo unos días, volver a su casa. La parroquia de Buenavista.
Más fotos:
Los cofrades del Amor portan farolillos de mano que crean un ambiente de recogimiento. - Foto: Dominguín
La imagen del Cristo del Amor no porta ya la corona de espinas, sino que la lleva un integrante de la cofradía. - Foto: Dominguín
La llegada a Santa Isabel se certificó minutos antes de las 02:00 horas de la madrugada, de modo que la primera de las procesiones en partir este Martes Santo fue la última en terminar su recorrido.