"Los límites pueden ser por miedo, que es de lo que más frena"

Galena Koleva (SPC)
-

La periodista y presentadora madrileña lleva tiempo inmersa en el mundo de los deportes y el entretenimiento en diversos formatos como la televisión, la radio y la prensa escrita. Ahora, realiza su debut literario con 'Todo el tiempo que nos queda'

"Los límites pueden ser por miedo, que es de lo que más frena" - Foto: EFE

Acaba de realizar su debut literario, pero una segunda novela ya está rondando su cabeza. Y es que Irene Junquera está convencida de que nunca es tarde para perseguir lo que uno desea. Así lo demuestra la reconocida periodista con su primera novela, Todo el tiempo que nos queda, un libro repleto de sensibilidad que retrata los retos de ser mujer en la España de la segunda mitad del siglo XX. Una historia que habla de segundas oportunidades, del amor a la libertad y los sueños.

En una de las páginas, Elena, la protagonista, afirma que el primer amor nunca se olvida. ¿Es verdad que dura para siempre?
No sé si es para siempre, pero que nunca se olvida... estoy segura. Estás en un momento de tu vida en el que no has vivido nada antes, llega como un ciclón y es inolvidable. Otra cosa es si estás enamorado toda la vida de tu primer amor... creo que no, aunque imagino que dependerá de las experiencias de cada uno.

Dicen que el amor todo lo puede. Pero, como ocurre con Elena, a veces no vivimos la historia que imaginábamos. ¿Querer es suficiente?
Creo que, por desgracia, no. La idea que tenemos del amor romántico puede hacer pensar que puede con todo, que traspasa fronteras, tiempo y espacio. Pero la realidad es que en la vida pasan una serie de circunstancias. Por ejemplo, Elena está enamorada, pero eso no es eterno ni sólido si, a la largo de la relación, las cosas van cambiando, empiezas a ver cosas que no te gustan o evolucionas por sentidos diferentes, que es lo que le pasa. Ella es muy romántica, quiere creer en el amor al 100%, en el amor más puro. Pero cuando evoluciona su vida, va viendo que no todo es tan idílico. 

Todos tenemos que tener sueños, sino, ¿qué nos queda?"

La novela explora los retos de ser mujer en el siglo XX. La sociedad avanza y las circunstancias actuales, por suerte, no son las mismas. 
En esta época, a pesar de que, por supuesto, hemos mejorado muchísimo, todavía nos falta mucho por evolucionar. Los límites que tenemos ahora pueden ser desde una pareja, una empresa... o el miedo. Creo que una de las cosas que más nos frena ahora mismo es el miedo. El miedo a sobrevivir, comprarme una casa, comer... y si dejo este trabajo y lucho por lo que quiero, quizás no lo consiga. Esas cortapisas en los años 60 eran unas y ahora tenemos otras, por desgracia. 
El mensaje que quiero mandar es que, igual que Elena lucha por sus sueños, a pesar de todas las cosas que le pasan, nosotras tenemos que hacer lo mismo, hacer esos pequeños movimientos y no perder de vista nunca lo que queremos. Disfrutando del camino, pero teniendo muy presente lo que te hace feliz.

Por equis circunstancias, el personaje de la tía Victoria tiene en ocasiones algunas actitudes cuestionables. ¿Es importante curar los traumas del pasado?
Sí, antes no se era tan consciente. Por eso, cuando escribí a la tía Victoria no podía concebir que fuera simplemente una persona mala, como lo que tenemos en la cabeza del villano de Disney. Pensaba en una mujer que ha sufrido mucho, que ha tenido un pasado que le ha hecho actuar como lo hace con Elena. Y, efectivamente, nos pasa a todos. Muchas veces vemos gente que no entendemos que se comporte de la forma en la que se comporta y, si arañamos un poco, nos damos cuenta que viene marcada por lo vivido. Pero creo que tenemos que hacernos responsables con la edad de cambiar eso o ser conscientes.

«En toda historia hay algo de autobiografía». Es una de las afirmaciones que hace Elena en la historia. ¿Qué hay de Irene Junquera en Todo el tiempo que nos queda?
El germen de la novela es la historia de mi madre, aunque no es su vida. Lo que tiene de ella es que sus padres la mandaron sola a Madrid cuando era pequeña. A partir de ahí nace todo, lo demás me lo he inventado. Cuando escribes una novela es inevitable que te bases en tu experiencia, tu vida, recuerdos y percepciones. Eso no significa que lo haya vivido, pero sí que en los personajes haya algo de mi familia y mis amigos. ¿Cómo me voy a abstraer de mí misma para escribir una novela? Es imposible, aunque no hay nada que me haya pasado a mí.

Me apetecía hacer un guiño al fútbol porque creo que es una forma de unir"

Pero sí está esa afición al fútbol...
Es un guiño que me apetecía hacer, porque soy muy consciente de que hay mucha gente que me conoce y me sigue porque les gusta el fútbol o porque conocen mi faceta de periodista deportiva. Y me apetecía mostrarlo porque creo que en esa época, igual que ahora, era algo muy importante y una forma de unir.

La novela supone su debut literario. ¿Qué se siente al tener ese primer hijo entre manos?
Muchísima emoción. He tenido sueños, hasta pesadillas con esto, porque es una sensación súper extraña. Llevo mucho tiempo trabajando en el libro, sola, escribiendo, es algo muy íntimo. 
La respuesta que estoy teniendo hasta ahora está siendo muy positiva. He invertido tanto tiempo y he puesto tanto cariño en esto que me preocupaba de alguna forma que llegara a la gente, que le gustara. Y está siendo muy bonito, muy emocionante y, sobre todo, me siento orgullosa, que creo que es la clave: terminar de escribir y poder decir que me gusta lo que he hecho, me lo leería, estoy orgullosa y creo que he hecho un buen trabajo. Me encantaría seguir, tengo muchas ganas de ponerme con el siguiente.

¿Ha habido demasiados baches para llegar hasta este momento?
Por supuesto. Detrás de todo hay muchísimo, pero no solo en mi caso. Creo que en el 90 por ciento de la gente que se dedica a lo que le gusta, que para mí es la clave del éxito, el poder hacer lo que realmente quieres, hay muchísimo trabajo detrás y mucho sacrificio. Yo he pasado por etapas buenas, etapas malas, etapas de tener mucho trabajo y no poder dedicar tanto tiempo a mi vida personal, he tenido momentos de ver el abismo y de que no sonara el teléfono, no tener trabajo y tener que reinventarme. Y todo eso lleva a donde estoy ahora, en un lugar en el que quería estar y en el que me siento muy bien, pero nada se consigue fácilmente. Yo me esfuerzo cada día y, por suerte, he conseguido lo que siempre he querido, pero me quedan muchas cosas por hacer todavía.

¿Cómo me voy a abstraer de mí misma para escribir una novela? Es imposible"

¿Muchos sueños por cumplir?
Todos tenemos que tener sueños, sino, ¿qué nos queda? Hay algo que me encantaría, que llevo tiempo sin hacer, y es presentar un programa. Tengo muchas ganas, trabajo para ello y ojalá algún día me llegue la oportunidad. Ese es uno de mis sueños. Y ya no solo escribir una siguiente novela, en este caso, sino que a la gente le guste esta.

Alguna pista sobre ese segundo libro en mente...
Creo que optaré por una novela más contemporánea, seguramente en clave femenina, porque soy una mujer y es lo que me sale de forma más natural. No lo puedo evitar.