Inquilinos toledanos de la Sareb, desesperados y sin contrato

J. Monroy
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El antiguo 'banco malo' ha venido intentando vender sus viviendas en Toledo y deshacerse de los alquileres. Todavía quedan arrendadores, ya sin contrato, que viven en la incertidumbre

Inquilinos toledanos del Sareb, desesperados y sin contrato - Foto: Yolanda Lancha

Hace  días, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunciaba que iba a poner en el mercado del alquiler las 50.000 viviendas que el Sareb tiene en toda España. La medida que busca abaratar precios y dar una solución a tantos jóvenes con problemas de acceso a la vivienda. A falta de concretarse todavía más, el anuncio ha dejado muchas dudas, entre ellas, qué va a pasar con los actuales inquilinos de las viviendas de la Sareb.

La Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el 'banco malo', nació en 2012 para vender y gestionar los inmuebles de los bancos rescatados. Es la encargada de gestionar, entre otras, promociones como la situada en la calle Río Yedra números 19, 21 y 23 del Polígono (no confundir con las 148, propiedad de la Junta); una urbanización que hasta hace cuatro años gestionaba la Consejería de Fomento, pero que ahora desarrolla la Sareb.

Vecinos de la misma ya se mostraron alertados el pasado año después de que la Sareb les comunicara entonces su intención de no prorrogar más los alquileres y proceder a vender las viviendas. Se preguntaban por qué razón no se ha hecho cargo de estos inmuebles de la Sareb la Junta de Comunidades, cuestión que parece que, efectivamente, tendrá que ocurrir ahora. Esta podría ser una solución para que ellos continuaran en su inmueble, algo que ya entonces valoraba Fomento.

Es el caso de un residente totalmente desesperado, dado, con el contrato ya concluido, que después de año y medio buscando otro piso de alquiler en el barrio, no lo encuentra uno vacío a un precio razonable. Hoy están de 800 euros para arriba los de dos o tres dormitorios, «una barbaridad». Desde 2016, advierte, lleva pagando con normalidad su alquiler y sus servicios y, según apunta, jamás ha tenido problema alguno con los demás vecinos, «ni hay causa alguna para justificar lo que me está pasando».

Sin embargo, en diciembre de 2021, recibió una notificación en la que la Sareb le comunicaba que ya no estaba renovando contratos de alquiler, más allá de las personas en vulnerabilidad; tan solo contemplaba la venta de los inmuebles.

Él tiene reconocida una minusvalía del 65 por ciento y bono social en la luz como «persona muy vulnerable». Así se lo comunicó a los responsables del 'banco malo' en enero, y estos, explica, le respondieron que en cuanto supieran algo más, se lo comunicarían. Como su contrato cumplía el 7 de marzo y no volvió a tener noticias de la Sareb, entendió que se había renovado su contrato. Es cuando él llama unos días más tarde para saber cómo va todo, cuando le dicen que ya no tiene contrato. Solo a través de la Oficina de Intermediación Hipotecaria de la Junta consiguió que le que le prorrogaran un año su alquiler.

Y hasta aquí. El pasado 7 de marzo, cumplió su contrato y este vecino no ha vuelto a recibir notificación alguna, esperando a ver qué dice la Sareb, con la espada de Damocles sobre su cabeza. Es la Oficina de Intervención Hipotecaria la que está haciendo las gestiones, pero desde mediados de febrero «estoy esperando una contestación que no recibo». En tanto la Junta se queda o no con la vivienda, ve la situación totalmente desesperada.