«Mucha gente dice que mi documental era necesario»

Marta García
-

Gustavo Salmerón no para. Lleva muchos años trabajando como actor en cine, teatro y televisión, pero le ha picado el gusanillo de la dirección y quiere continuar el camino que emprendió hace 18 años con su primer corto 'Desaliñada'

«Mucha gente dice que mi documental era necesario» - Foto: Yolanda Lancha

A Gustavo nos lo encontramos entre bambalinas, en la trasera del escenario del Teatro de Rojas. La penumbra apenas abre camino hasta dar con él. Acaban de ponerle el micro para que participe en un taller del Festival Cibra y cuente su experiencia como director del documental ‘Muchos hijos, un mono y un castillo’, una obra de culto, según coincide la crítica, que se ha proyectado en muchas salas internacionales y nacionales durante unos meses. La cinta también ha conseguido dos Goya y varios premios más, pero Salmerón no es de los actores y directores que disfrutan luciéndose, todo lo contrario. Parece tímido y le viene muy bien esa media luz para una entrevista de diez minutos, una charla apresurada que bien podría servir como escena de un documental.

El documental lleva un intenso recorrido  desde hace más de un año y ha conseguido destacar y labrarse un hueco  en el ámbito cinematográfico, en  festivales, en salas de cine... Ahora que ya ha pasado algún tiempo, ¿cómo te tomas la experiencia y el resultado?

Fue brutal la acogida internacional. Se estrenó y empezó el éxito en Karlovy Vary que nos dieron el Globo de Cristal, después Toronto y San Sebastián, los premios en Estados Unidos, el Fénix y el éxito en salas. También  lo compraron en China y en Amazon. En ese momento estaba un poco impresionado y saturado por no poder gestionar el éxito porque no tienes conciencia. Ahora ha pasado un año y medio y lo veo con una distancia muy dulce y agradable y sé que todo ese trabajo de catorce años ha merecido la pena y el documental se ha convertido en algo universal, como debe ser el cine, porque  también ha tenido mucha acogida fuera de España.

¿Cómo se hace un documental a lo largo de 14 años? ¿No es demasiado tiempo?

Es una cuestión de paciencia, de perseverancia. ¿Cómo se consigue que un olmo crezca? A cada árbol hay que darle su tiempo y a cada documental también. Los procesos suelen ser largos y en este caso ha sido más largo de lo normal, pero lo he compatibilizado con mi trabajo de actor, he escrito otros guiones y no he tenido prisa. He tenido la suerte de que era mi familia y que podía seguir rodando y mi madre y mi familia estaban encantados y me han apoyado. Est á claro que cada historia  requiere sus tiempos y si quieres aplicar una norma para todas las historias te va a salir mal, como todo en la vida.

Imagino que tendrás material suficiente como para una segunda parte del documental. ¿Piensas en continuar con ello?

Sí, para una segunda y una tercera. No sé lo que haré. He pensado ideas, pero la dinámica de trabajo que tienes que tener para conseguir esos niveles de verdad, en cuanto a que los personajes estén muy naturales y verdaderos y tocar esos temas importantes que quieres tocar dentro del tono general de la historia, requiere tiempo y no sé si mis padres van a vivir hasta que lo estrene. Me resultaría un proceso muy doloroso la idea de que alguno o los dos no estuvieran a mitad de rodaje o del montaje. Ahora quiero hacer ficción y estoy más volcado en ello.

¿En algún momento de estos catorce años pensaste que el proyecto se te iba de las manos? ¿Te preguntaste si la historia de los Salmerón interesaría al espectador?

Sí, todos los días. Abandonaba el proyecto y lo volvía a retomar al día siguiente o lo dejaba y lo cogía después de dos meses. El proyecto tenía poco que ver con lo que ha quedado finalmente. Y nació de una manera muy casual, en una festividad familiar en la que mi madre estaba haciendo reflexiones sobre la muerte y me pareció muy interesante porque lo hacía en plan comedia y en plan filosófico al mismo tiempo. También estaba la historia de España detrás y según iba rodando me fui dando cuenta de que eran cosas divertidas, pero no había historia y tiré hacia un lado, pero vi que no funcionaba. Al final, la vida me ha ido dando señales y ellas fuerza para continuar.

Eres el director y a la vez protagonista junto a tu familia. ¿Cómo hacías para que la balanza no se desequilibrara, para ser objetivo  con un proyecto tan íntimo?

Tienes que ponerte unos límites, los de la ética, la moral, los propios límites como implicado y ver cuáles son los límites de los otros y esto sirve para este documental y para cualquier otro trabajo porque hay que saber hasta dónde el otro está dispuesto a mostrar. Siempre tuve la idea de que tenía que ser una comedia porque en este género cabe todo. Puedes hablar de cosas más profundas y melancólicas porque siempre la comedia está por encima y esos posos te pueden quedar después, pero en el proceso del visionado lo disfrutas y es más llevadero. Es igual que la vida, la mejor manera de aceptar determinados pasajes es a través del humor.

¿Cómo lleva Julia, tu madre, esta fama tan repentina teniendo en cuenta que ella era un personaje anónimo hasta hace año y medio?

Ella lo ha asumido muy bien porque es un poco estrella de siempre en los entornos donde estaba. Siempre ha tenido fascinación por contar historias porque se dedicaba a los niños y ha estado muy en su salsa y lo ha llevado bien. Es verdad que cuando sale a la calle y la reconocen, a veces, le cuesta, pero en líneas generales lo disfruta mucho y se siente muy querida. Para una mujer que tiene 84 años hacerse famosa, pero no de manera gratuita, es importante y está encantada.

¿Te planteas contar con tu madre para alguno de tus proyectos como director?

Tengo bastante resaca de este documental por lo que me ha costado terminarlo y no sé si haremos algo más en un futuro. Hay una opción de hacer una serie y una película y todavía no sé, ahora mismo estoy más enfocado hacia la ficción.

La mayoría de los críticos han coincidido en destacar que el documental de los Salmerón es una obra de culto. ¿Qué significa para ti esta etiqueta?

A mí me halaga mucho que digan de culto porque es una palabra que tiene mucho significado y muchas connotaciones. El tiempo dirá dónde se ubican las cosas y habrá que ver cómo envejece el documental con los años. Lo que sí que creo, y sería un motivo para analizar, es que ha tocado algo que tiene que ver con lo universal y la gente se siente identificada.

 También toca muchos temas de la historia de España y hay mucha gente que ha dicho que era un documental necesario para desempolvar ciertos temas con humor. Se han hecho muchos documentales sobre la guerra, la posguerra y el franquismo desde un punto de vista más dramático, pero no desde el disparate y tiene mucho que ver con el día a día y con esas generaciones que vivieron el disparate que fue la guerra y la posguerra.

¿Es necesario relanzar el documental como género o está suficientemente reconocido?

Cada vez se hacen mejores documentales y hay mucha gente que ve cine y está cansada de ver tanta ficción y busca el documental en las salas y en las plataformas.

¿En qué andas metido ahora como director?

Estoy trabajando en diferentes historias para hacer ficción.