«Queremos que esta historia acabe con un final feliz». Un deseo de Jaime García que va por buen camino. «Hay que proponérselo y aunque se empiece con algo muy pequeño puede terminar con algo muy grande, con el hecho de que la sociedad cambie». Para Belén García, erradicar la violencia de género es posible. «Al principio, costó un poco, pero poco a poco la gente se fue involucrando», recuerda Nuria Valverde, alumna de 1º de Bachillerato del Instituto Ramón Giraldo de Villanueva de los Infantes. Estos tres jóvenes se están formando como agentes de igualdad de género y se han convertido en un buen ejemplo que ilustra la utilidad del programa ‘Libres’, financiado por el Gobierno regional, que se desarrolla actualmente en 35 institutos de la región.

El edificio de Envases de Cartón del Campus de la Fábrica de Armas acogió un acto, al que acudieron más de 350 adolescentes de 24 centros educativos, que ayudó a continuar visibilizando la problemática e ilustró buenos ejemplos de lo que se está consiguiendo en el ámbito educativo sensibilizando e involucrando a los jóvenes para que detecten la violencia de género y dispongan de herramientas para denunciar distintas situaciones. En este caso, el director del proyecto y de la asociación Punto Omega, Andrés Carmona, resaltó el éxito «de las buenas prácticas» que han conseguido los jóvenes con esta formación, «donde el protagonismo lo tienen ellos».

En relación a la violencia de género, Carmona incidió en que todavía no se visibiliza lo suficiente y las adolescentes «no se identifican como víctimas». Por tanto, considera que ‘Libres’, el proyecto ligado al Instituto de la Mujer, ayuda «a que los jóvenes sean capaces de detectar relaciones tóxicas y puedan ponerlas en conocimiento de los centros de la mujer». También se logra con esta iniciativa «que los jóvenes pongan ojos donde los adultos no los tienen».

Este proyecto, que se extendió el año pasado a los centros de la región, se desarrolla durante el curso escolar. Si bien, el germen se encuentra en un instituto de Campo de Criptana, Ciudad Real, donde se  inició en el año 2014.

La Consejera de Igualdad, Blanca Fernández, participó en el acto y aprovechó para subrayar que el Gobierno regional «se ha fijado como objetivo la población juvenil, puesto que  serán las personas adultas del futuro y tenemos puestas todas las esperanzas para conseguir una sociedad libre de violencia de género».

En este sentido, Fernández apuntó que el 30% de los centros escolares públicos de la región se han acogido a la convocatoria para impulsar planes de igualdad  y destacó el empeño de la Junta en continuar formando a los jóvenes y al profesorado para seguir avanzando en la erradicación de esta problemática.

Por otro lado, resaltó el trabajo del Instituto de la Mujer, de los 84 centros  y los 14 recursos de acogida, que atienden a unas 5.000 o 6.000 mujeres al año», según las estimaciones, puesto que se recogen 200.000 consultas anuales. Las cifras no bajan, pero la consejera sí apuntó que el apoyo va en aumento en Castilla-La Mancha, la comunidad autónoma «que más recursos tiene destinados a la promoción de la igualdad». En este caso, insistió en que se trata de uno de los pilares de la Junta y se lleva a cabo «por justicia».

En relación a los jóvenes, el Gobierno regional es consciente del aumento de los casos de violencia sexual, «de agresiones en grupo», fundamentalmente. Fernández apuntó que está creciendo el número denuncias, pero llama la atención porque hay otras muchas agresiones que no se denuncian. «El acceso a la pornografía en edades muy tempranas y el descontrol en las redes sociales»  favorecen, en su opinión, este tipo de conductas.