Desde el mirador de Rilke

c.m. | TOLEDO
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>Carlos Rodrigo. Presentó una segunda apuesta literaria, 'El mirador de Rilke'. Una suerte de recorrido humanístico que ofrece «casi 150 relatos entretenidos» y que cuenta con ilustraciones del dibujante Pedro A. Iznaola

Se imaginaba a Rilke paseando por los mismos lugares por los que él suele transitar a la vera del río, cerca del Puente de San Martín. Por eso llamó así a su primera incursión fuera de la poesía, porque «evoca los 40 días que pasó el poeta» en una ciudad que le fascinó y «en la que paseó y escribió». Es, apunta Rodrigo, «un homenaje a él». Pero no se queda ahí este técnico superior de la Administración regional nacido, vivido y escrito en Toledo.

Porque por las páginas de sus relatos -algunos muy breves- caminan personajes reales e inventados, escritores, pintores, amigos, enemigos, encuentros, desencuentros, amores y desamores. Historias que surgen de sus lecturas, dice el autor que se considera «más lector que cualquier otra cosa», y de sus quereres literarios. Porque tenía «unas cuantas historias» y se tornaron en «estos relatos» de distintos tonos y ritmos.

Asoman, así sin querer, Onetti, Borges, Allan Poe, Stevenson, El Greco o Rubens, «criaturas extraordinarias» que se secuencian en secciones -exactamente 13- del tipo escritores, pintores o criaturas extraordinarias, amores posibles e improbables, dioses diversos o diversos dioses..., divisiones que, al fin y al cabo, pueden ordenarse al gusto del consumidor. Es la ventaja de los relatos, que pueden leerse sin aparente orden ni concierto.

No falta en esta organización «un ‘paréntesis’ referido a la ciudad y a sus insignes residentes, por ejemplo en la supuesta conversación mantenida entre el Greco y el rey que no le quiso hacer pintor de su corte. O en la presencia de los hermanos Bécquer junto al famoso Pozo Amargo.

Asegura sentirse «ilusionado» con esta publicación que «me ha divertido» y que, además de ofertar ratos «entretenidos» conforma una suerte de instigación «hacia otras lecturas, hacia otros autores». Y es que, aprecia, «quizá mis relatos, pensados en un formato cómodo y asequible, animen a iniciar otras lecturas».

Sobre la dificultad de editar un libro de relatos en estos tiempos, Carlos Rodrigo admitió la complejidad de realizarlo pero aseguró haber tenido suerte al encontrar una editorial -Amarante- que «confió en este proyecto a pesar de tratarse de una disciplina minoritaria» dentro del convulso mercado editorial nacional.

Cuenta el autor que este «es un libro de relatos que son sueños y sueños que son relatos, frutos de lecturas, escritores, conversaciones, paisajes, amigos, enemigos, obsesiones, disensiones, recuerdos e invenciones». Y de este resultado Carmen Posadas ha dicho que es «n muy original viaje al corazón de Hemingway, Stevenson, Poe, Borges. No, mejor aún un viaje al corazón de cada uno de nosotros».

Con el libro todavía caliente en las manos, Carlos Rodrigo anunció que cuenta con algunos poemas ya sobre la mesa dispuestos para una futura edición, y que su nombre figura entre los poetas reunidos en una suerte de antología toledana - ‘La miel del bosque’- de la editorial Celya.

En cuanto a su travesía por la novela, adelanta que tiene ya «una estructurada más o menos en al cabeza» que relatará la vida de un botánico que, encargado de realizar un jardín en el Retiro, viaja por Europa para comprar semillas, con tan mala suerte que le «le pilla de lleno la I Guerra Mundial». Por el momento, esto es todo lo que Carlos Rodrigo puede contar.