En menos de 48 horas se han registrado dos casos de personas en paños menores, cuando no directamente desnudos, a las orillas del río Tajo a su paso entre los dos puentes de Alcántara, junto enfrente de la Academia de Infantería. El hecho en sí no dejaría de ser anecdótico, a pesar de la carga moral que se le pueda añadir, pero lo cierto es que en realidad es una temeridad por parte de estos bañistas nudistas, que quizás por desconocimiento han podido poner en serio peligro su vida.

El primero de los dos casos se produjo en la tarde del pasado sábado. En la era de los smartphone y los megapíxeles es difícil que algo pueda escaparse de ser inmortalizado. Muchos menos si se trata de un hombre paseándose como su madre lo trajo al mundo en plena senda ecológica. El momento fue inmortalizado desde un vehículo que transitaba por la zona, y rápidamente comenzó a circular por las redes sociales.

El segundo caso se registró sobre las nueve de la mañana de ayer. De él no queda prueba gráfica, pero si presencia policial. Y es que, un conductor de autobús urbano vio sobre esa hora a un grupo de unos 4 o 5 jóvenes en la orilla del río, observando cómo uno de ellos se bañaba, aunque esta vez en calzoncillos.

Los agentes de la Policía Local no tardaron en llegar a la zona. Procedieron a identificar al joven, que ya había salido del agua y se estaba secando con unos trapos de los que usan para limpiar los coches. El protagonista del baño se sorprendió de ver a los agentes, ya que desconocía el peligro real de su acción y reconoció que se había dado un baño para ‘despejarse’ de la resaca.

Los policías advirtieron al grupo de jóvenes que podían haber puesto en peligro su vida, recordándoles que la corriente del agua del Tajo en esa zona es muy fuerte y que la presencia de una presa no hace más que aumentar el riesgo de ser engullido.