El último baile de la 'Oh! Toledo'

F. J. R.
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La mítica discoteca, enseña de la música dance de 1993 a 1995, será demolida para levantar en su lugar una gasolinera y un área comercial

El último baile de la 'Oh! Toledo' - Foto: David Pérez

Fue un emblema de los noventa. Lugar de parada obligada en la noche de los sábados. Hasta allí peregrinaban jóvenes de toda la provincia, y su fama arrastraba también a decenas de madrileños, a los que no les importaba hacer kilómetros -la autovía de entonces no es la de ahora- para ver pinchar en directo una de las mejores músicas dance que, por aquel entonces, se podía escuchar en el centro de la península.

Era la discoteca ‘¡Oh Toledo’, templo de la música electrónica más bailable desde 1993 a 1995.

Heredera a su vez de la Gris, que se encargó de marcar un poco el camino tres años antes (de 1990 a comienzos del 93) con una apuesta de ocio en la que además de la música tenían cabida los pases de moda, los conciertos en directo y las fiestas universitarias.

El último baile de la 'Oh! Toledo'El último baile de la 'Oh! Toledo'Desde la apertura del complejo hotelero del Beatriz en su parte baja siempre ha estado este local discotequero, con un primer lustro que marcó época y, desde su cierre en 1995, dejando huérfano y vacío este local y su amplio aparcamiento.

Los ruidos y las molestias de tráfico que provocaba la ‘Oh! Toledo’, con coches tirados por las cunetas y la Guardia Civil siempre presente para tratar de mantener fluida la circulación, terminaron por cansar a los propietarios del local, que no eran otros que el propio Hotel Beatriz. Así, en 1995 se decidió no prolongar el contrato de alquiler de la discoteca y su local ha permanecido cerrado a cal y canto hasta entonces.

Ahora sólo queda el enorme cartel de ‘Oh!’ sobre su tejado, y los recuerdos de una generación que ensalzó esa discoteca a la categoría de mito.

«Fue un emblema de la provincia y el embrión de lo que fue Radical. Era bastante pionera en cuanto a música y que eso sucediera en una ciudad como Toledo, históricamente muy tradicional, era muy raro», explica Luismi del Pino, DJ de ‘Oh! Toledo’ durante los años gloriosos en compañía de su compañero Luismi Moreno, los Luismi & Luismi en la Family Club de Sonseca.

«Cuando cerró Gris por problemas administrativos cogió la discoteca un grupo de Parla que adquirió la marca de ‘Oh! Madrid’ para Toledo. Y así empezó ese proyecto, en el que se trabajó mucho el marketing. Hasta allí venía gente de todo tipo, de todos los pueblos de la provincia, hasta llenar el aforo de 3.000 personas», comenta Luismi, que ve la clave del secreto de éxito de ‘Oh! Toledo’ en que se apostó «por la música». «Mi compañero Luismi me llamó por entonces y me dijo que tenía ese proyecto. Decidimos abrir el abanico y buscar un equilibrio, ni muy duro ni muy comercial», explica el antiguo DJ residente de la extinta discoteca.

«Era la época del dance, que ya arrasaba en Europa, y aquí se logró algo mítico», rememora el disc-jockey.

Con todo, ‘Oh! Toledo’ también guarda un recuerdo más oscuro, ineludible en unos años noventa en el que drogas y discotecas era en la mayoría de ocasiones un binomio fijo.

«Siempre va asociado socialmente, pero eso no es reflejo de la realidad. ¿Drogas y peleas? En los negocios nocturnos siempre han surgido, pero es algo puntual. Es cierto que pudo haber, pero Toledo no era Madrid. La noche es la noche, pero de ahí a que ‘Oh! Toledo’ fuera un sitio conflictivo dista mucho», reivindica el DJ, que se muestra contrario a la leyenda negra sobre la mítica discoteca. «En aquellos años no había aún ni costumbre de botellón en los coches, como hay ahora. La discoteca cerraba sobre las seis o las siete de la mañana y la gente se iba a su casa tranquilamente; o a por unos churros. Y el que quería aún más pues ya se iba a Madrid», explica dejando claro que en la ‘Oh! Toledo’ primaba ante todo un buen ambiente. «Fue todo música. Un sitio con una corriente muy fresca», recalca con nostalgia.

La pasada semana, la Comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Toledo aprobó un proyecto de reforma interior (PERIM) en una parcela privada que correspondía al Complejo Hotel Beatriz y que recientemente ha sido vendida a ‘López Real Inversiones’. Se trata del aparcamiento y el local de la histórica discoteca, en el que se ha dado luz verde para construir un local comercial y una gasolinera. En total, 1.115 metros cuadrados que tendrán un uso comercial y que pondrán fin de forma definitiva a la ‘Oh! Toledo’, pero no a su legado.