Murillo: «La igualdad es un antídoto contra la violencia»

C.M
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La secretaria de Estado de Igualdad ofreció una ponencia directa, clara y explícita en la que desenmascaró «las trampas y malversaciones cuando se habla de violencia»

Murillo: «La igualdad es un antídoto contra la violencia»

Soledad Murillo es una de las principales inspiradoras de la Ley contra la Violencia de Género y de la Ley de Igualdad, y desde junio de 2018 es secretaria de Estado de Igualdad. Estuvo en la ciudad para participar en una conferencia auspiciada en torno al Día Internacional contra la violencia y habló -sin autocensura y tan abiertamente que maravilló- de género, de libertad, de derechos, de leyes, de educación, de silencios, de pánicos, de manadas, de jueces  que «deberían estar fuera de la judicatura», y de «trampas y prevaricación».

Lo hizo relatando algunos de los pasos caminados desde 2004 -Ley Orgánica de Medidas para la Prevención Integral contra la Violencia de Género.- cuando «sabíamos que una ley específica de violencia de género era muy difícil de asumir» a pesar de la consciencia de que «hacía falta cubrir, en término de garantías, determinados comportamientos reprochables». Por ello, no dudó en apreciar la senda caminada -junto a médicos, forenses, investigadores, docentes o políticos- y concluida en «un pacto de Estado aprobado por unanimidad» que «no sólo aborda una ley de relaciones personales, sino que forma a jueces y fiscales».

Conocedora, como pocas, de los mecanismos que propician que «las mujeres soporten cerca de 8 años el maltrato, callen, y se preocupen de cubrir todas las necesidades de sus parejas sin pedir reciprocidad», apreció Murillo la decisión que los llevó a «establecer un protocolo, como hacemos con los menores» porque «la igualdad es un antídoto contra la violencia». Y lo es porque cuando «una mujer aprende a ser ella misma, a reconocer que no es generoso estar pendiente del otro y no de ti, porque eso es una actitud sumisa», se dota de armas con las que enfrentarse a «las amenazas y las coacciones, que son un veneno especial».

Por ello, la docente e investigadora, se felicitó de que «en esta cortísima legislatura el sistema de protección sea mucho más eficaz» y fue tajante al afirmar que «los que ocupamos un cargo público debemos ser atrevido, insolentes con los límites». Lo aseveró porque es sorprendente que «en 2019 tengamos que decir que la indefensión no significa consentimiento como si viviéramos el puritanismo del siglo XIX», que «no es igual el miedo en una mujer, que el pánico no te permite reaccionar, y por eso hay indefensión». Porque «las víctimas de violencia de género siguen sintiéndose culpables».

Y «no se puede consentir» una realidad en la que, por ejemplo, la Real Academia plantea que «la palabra género no debía utilizarse, pero sí admite friki o Twitter» ante lo que «remitimos las páginas de Naciones Unidas porque con alguien que te condena no te explicas, te alejas», y hay un grupo «que introduce la malversación dentro de la confianza que deben tener las mujeres». Ante ello, queda la educación y el análisis de «lo que no se ha dicho para que alguien piense así», porque «es una guerra de significados».