La Academia forma líderes

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Gómez de Salazar insta a convencer a los ciudadanos de que la defensa, la seguridad, «es un bien esencial», el que garantiza la libertad, la justicia y la democracia

La Academia forma líderes - Foto: VÁ­ctor Ballesteros

La Academia de Infantería de Toledo celebró la inauguración del curso 2019-2020 donde su director, el coronel Javier Marcos Izquierdo, defendió el papel esencial de la institución desde el momento en que «la educación obtiene resultados que no pueden improvisarse, es la mejor inversión para los futuros mandos militares que van a actuar en algún conflicto en cualquier lugar del mundo, donde vive la gente y no se puede fallar».

«Los conflictos de mañana empiezan a ganarse o perderse en las academias», afirma, y subraya la necesidad de formar líderes, tenientes y sargentos, capaces de combatir y si es posible sobrevivir en las peores circunstancias.

Marcos advierte de que los enemigos de la libertad tienen habilidad para organizarse, para aprovechar las debilidades y minimizar las fortalezas del contrario  y contra ellos la mejor arma son las pequeñas unidades de combate donde la Infantería es la fuerza decisiva por ser el cuerpo que ocupa y mantiene el terreno. El factor humano es el que siempre decide en los conflictos, la aptitud marca la diferencia, por encima de los talentos y las habilidades, y en todo ello la formación que reciben los infantes es su mejor bagaje.

A continuación, en su lección magistral, el teniente general Juan Gómez de Salazar Mínguez, Jefe de la Fuerza Terrestre, hizo hincapié en la necesidad de que el Ejército se gane el favor de la opinión pública, de la sociedad, sobre todo de esos sectores que todavía cuestionan o desconocen el papel de los militares.

Opina que, aparte del amor a España, la otra características innata a los militares es la vocación, la que hace la diferencia a la hora de enfrentarse a un momento de peligro incluso de vida o muerte y que, junto al sentido del deber, les obliga a afrontarlo cuando otras personas pueden eludirlo sin que nadie se lo reproche. En ese sentido reivindica un reconocimiento especial, más allá del que puede recibir cualquier otro funcionario.

Por otro lado explica que la utilidad de los ejércitos puede aplicarse de dos manera esenciales, primero como disuasión y, en caso de resultar insuficiente, con el empleo de las armas. Ambas fórmulas requieren preparación, cobertura e inversión en material moderno, formación, etc.

En aquellos casos en que sea precisa la lucha armada también hay que saber sobreponerse a los pacifistas, a los que alaba su buena fe pero cree que están equivocados porque confunden el deseo de que no haya guerra con la ilusión de que no vaya a producirse en ningún caso.

Por lo tanto, de los militares el objetivo es convencer a los ciudadanos de que la defensa, la seguridad, «es un bien esencial», el que garantiza la libertad, la justicia y la democracia.

En la inauguración también tomó la palabra el teniente coronel Fernando de la Torre, subdirector Academia Infantería Toledo, que leyó la memoria del curso 2018-19 destacando la «formación en valores y el liderazgo» que se imparte en la Academia. El año pasado han pasado por las instalaciones 447 alumnos de la escala de oficiales (78 de ellos en el quinto curso) 1.004 alumnos de perfeccionamiento y 65 de capacitación.

Después se realizó la entrega de diplomas a profesores y alumnos y una distinción especial a un coronel veterano. Ocuparon la mesa presidencial el Teniente General Jefe de la Fuerza Terrestre Juan Gómez de Salazar Mínguez, el delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha, Francisco Tierraseca Galdón, el General Director de Enseñanza, Instrucción, Adiestramiento y Evaluación, Amador Enseñat y Berea, el coronel director de la Academia, Javier Marcos, y el subdelegado del Gobierno en Toledo, Carlos Ángel Devi.