La belleza de lo imperfecto

Mario Gómez
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Antonio Ferrera derrocha inspiración y corta tres orejas olvidándose de los corsés de la ortodoxia. Un buen encierro de Zalduendo posibilita un triunfo que Curro Díaz y Luis David Adame acarician pero no culminan

Antonio Ferrera cortó tres orejas y salió a hombros de Las Ventas. - Foto: plaza 1

Era Madrid el pasado sábado la capital del mundo. En realidad lo llevaba siendo ya 19 días, aunque no le demos la publicidad necesaria. El fútbol la sabe dar… Este sábado coincidiendo con la final de la Champions League, se inundaba las líneas 2, 5 y 6 de ingleses que coreaban sus cánticos en los vagones. Miles de Liverpolitas tarareaban el You’ll Never Walk Alone al paso del suburbano por Manuel Becerra. Mientras calle Alcalá abajo, bajaban las furgonetas de los toreros.

Venía Antonio Ferrera de complicado trance, y Madrid, lo sacó a saludar; al cambio, el extremeño ofreció entrega desde que su primero salió por toriles. ‘Bonito’ y Ferrera lo toreó a placer con el capote. Inspirado y variado, pareció no tener presión el diestro y el toro respondía de las mismas maneras. Desde el centro del platillo, clavó la rodilla en el albero y brindó al cielo santiguándose, como si agradecido dedicase el jugarse la vida. Muleta al hombro se fue a por el toro y lo embarcó con los vuelos.  A partir de ahí todo fue abandono e inspiración. Sin la búsqueda de la colocación milimétrica pero con la consecución del toreo emotivo. Tiró la ayuda y toreó abandonado por ambos lados. Daba distancia al toro y con alegría se venía a un cite que se ejecutaba a pies juntos. Acinturado, acompasado, sin demasiado ceñimiento pero ralentizando las embestidas. El burel, uno de los últimos productos de D. Fernando Domecq, por quien lucieron divisas negras y quien a buen seguro en barrera celestial vio la corrida, hizo merecido homenaje al creador del hierro de la Z.

Improvisación, naturalidad, abandono, sin la presión de más de 32.000 ojos clavados en su toreo. Madrid sabía de donde venía, y se abandonó a la grandeza del toreo. De lejos una vez más se lo dejó venir, pero esta vez fue para enterrar hasta la bola el acero. La plaza era un clamor, el doble trofeo parecía en manos del torero, pero a juicio presidencial, no era faena merecedora de tal, y quedó en oreja, dos vueltas al ruedo y bronca al presidente.

De estas cosas, que se piensa ‘en el otro que lo compense’, pero en el toreo 2+2, no tienen por qué ser 4. Anduvo bien de nuevo Ferrera con el capote poniéndolo y sacándolo del caballo. En los bajos del 7 comenzó una faena a un animal que aunque protestón en un comienzo, Ferrera le tuvo fe. Con suavidad y con gusto lo acompañó por el derecho, hasta que rompió la faena. Madrid era un silencio completo. El de expectación y respeto. Medio muletazo, desde detrás de la cadera, llevando hasta donde el animal quería. Y de ahí a las tandas finales, sin la ayuda del estoque simulado, pero con el apoyo del sentimiento. Un último pase de pecho a la hombrera contraria y unos trincherazos cargados de torería que terminaron de enloquecer al personal. Estocada recibiendo y 2 orejas, quien sabe si por compensar la que quedó de menos la otra vez; en definitiva tarde redonda. De emoción, de sentimiento, pero sobre todo de toreo; toreo en esa libertad de la inexistencia de corsés ni moldes, sino de abandono y dejar fluir, porque como dijo Aristóteles, «el que ha superado sus miedos será verdaderamente libre».

Curro Díaz sorteó la peor pareja de la tarde. Demasiado poco material para tanto que torear. Faenas muy bien estructuradas y cargadas de detalles como el jienense acostumbra, pero que no tuvieron calado en el público al carecer de transmisión. Sin toro... Y con 5 naturales y un trincherazo de cartel...  En el 5º, lo buscó pronto y en la mano, pero la inconexión de un toro que se quería ir, y que no dejaba componer, impidió nada más que saludase dos ovaciones el torero de Linares.

El torero mexicano afincado en Mora, Luis David Adame salió a por todas en esta su segunda tarde en el serial. Se salió hacia los medios toreando a su primero que resultó obediente a los toques. Comenzó Adame la faena de muleta pegado a tablas, pero pronto marcó el toro que quería medios. Y allí fue donde navegó la faena sin terminar de romper hasta que Luis David apostó y arrancó los olés firmando las mejores tandas de su tarde antes de cerrar con manoletinas y una buena estocada, que le valió una ovación con saludos. En el que cerró la tarde se vio feamente volteado y con un parte médico que revelaba dos heridas por asta de toro, una en la región perineal izquierda con una trayectoria ascendente de 5 centímetros que contusiona uretra y otra en la región perianal de otros 5 centímetros. Además, sufre contusiones y erosiones múltiples. Tras ello y un breve camino a la enfermería volvió a la cara del toro y a punto estuvo de reconocimiento mayor.

También fue prendido de fea manera en la tarde del 31 de mayo David Mora. El de Borox resultó prendido en la suerte suprema afortunadamente sin consecuencias. Esa tarde, alternó con Paco Ureña que cortó una oreja y con el toledano Álvaro Lorenzo, quien, sin fortuna en su lote, queda todo esperando a su último compromiso de San Isidro el día 5.

En volandas hacia la calle Alcalá abandonaba Ferrera el sábado Las Ventas, el ambiente futbolero de la ciudad pareció contagiar los tendidos de la plaza, donde ante la abnegada entrega de Antonio, pareció mostrarle que no caminará solo.