César Ortiz ha vuelto. El pasado domingo fue titular ante el Calvo Sotelo Puertollano y es una gran noticia que el galveño pise un terreno de juego y sea de los destacados. Desde su punto de vista, la ilusión que le puso para fichar por el CD Toledo el pasado verano no ha mitigado una adaptación «que ha sido complicada». Y es que, el futbolista venía de otro ritmo de entrenamiento y de otros campos de juego, en la Primera División de Austria. Además, se encontró con unos problemas de espalda que le han mantenido fuera unas cuantas semanas.
Pero es uno más y ha participado de la conjura que esta semana se está preparando en la plantilla verde para acabar con la versión no tan buena fuera de casa. «Tenemos que aplicarnos el cuento», reconoce el central. Según cuenta, más allá de que los terrenos de juego sean más pequeños y de hierba sintética y de que «estén más fuertes y concentrados contra nosotros, el rival a batir», los de Manu Calleja han detectado lo que deben hacer. «El entrenador nos ha dicho que simplemente tenemos que competir, que debemos ser más peleones y guerreros e igualar la intensidad que ponen los contrarios porque quizás nosotros estamos por delante en detalles de calidad», dice César Ortiz.
Esto se puede aplicar en la siguiente salida, al Paquito Giménez de Socuéllamos, «pero también a los demás campos», añade el defensor. No en vano, insiste en que «si no les igualamos en intensidad, va a ser complicado sacar puntos». De todos modos, ve este partido como «clave» porque puede convertirse en ese punto de inflexión que necesitan para transmitir la misma fiabilidad que en casa.
El propio Ortiz estará disponible, salvo recaída en los próximos días, aunque reconoce que está encontrando mucha competencia en su posición. «En casa hemos marcado 19 goles y no hemos recibido ninguno, lo que deja claro que los de atrás los están haciendo bien», indica. El zaguero entiende que «tanto Rodri como Cortijo están bien» y que él también, así que «será decisión del entrenador, que decidirá en función de lo que crea conveniente para este campo y este rival».
Hay que recordar que el de Gálvez se encontró con problemas físicos desde el verano, lo que le impidió entrar en los primeros encuentros de Liga. No pudo debutar hasta la tercera jornada, contra el CD Pedroñeras, y desde la séptima ya no había aparecido en las alineaciones hasta el domingo pasado. «Lo pasé fatal porque no podía ni moverme de la cama y, después de diez días de tratamiento, seguía con bastante dolor», admite. Bien es verdad que en los últimos quince días notó una gran mejoría, lo que llevó a entrenarse con el grupo.