El 12 de octubre de 1942, el navegante y cartógrafo Cristóbal Colón llegó en la isla de Guanahani tras comandar una expedición desde España que acabaría desembarcando en uno de los grandes hitos de la historia de la humanidad: el descubrimiento de América. El marino Juan Sebastián Elcano, por su parte, engrosa con letras doradas los libros de la Historia universal al completar la primera vuelta a la Tierra. Por dos hechos como éstos, que jalonan nuestra historia y marcan un antes y un después para la civilización, cualquier otra nación se sentiría muy orgullosa. En España, sin embargo, no siempre se mira a través de ese mismo prisma.

«¿Por qué tenemos que seguir pasando una especie de vergüenza con nuestra propia historia cuando es la historia más increíble y más gigantesca de la humanidad?». Esa pregunta es la que lanza y sobre la que intenta poner luz Antonio Pérez Henares, que dirige el último curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y que lleva por título Cuenca en la historia y en la novela. El escritor y periodista, además de director de Publicaciones de Promecal, reúne en la UIMP conquense hasta este viernes a los escritores más destacados y laureados de la novela histórica. Firmas como Santiago Posteguillo, Juan Eslava Galán, Almudena de Arteaga o José Luis Corral, entre otros, disertan sobre la historia y cómo ésta se cuenta de forma narrativa.

El curso se inserta en un ambicioso proyecto con el que un grupo de escritores de novela histórica –en el que se encuentran los más prestigiosos y leídos del género– pretenden que «los españoles puedan reconocer y reconocerse en la historia de España», comenta Pérez Henares. Y es que la historia de este país ha sido, muy a menudo, «ignorada, tergiversada, troceada, mutilada y despreciada de manera sistemática hasta acabar por crear una sensación de inaudita vergüenza colectiva basada en las peores falsedades, asumiendo a pies juntillas una Leyenda Negra que no solo se acepta como verdad, sino que se enseña en las escuelas y hasta se eleva a dogma de fe en las cátedras universitarias».

Para el director del curso, en este momento «hay un hambre de conocimiento, y de conocimiento veraz, de la historia de España», y es que esa historia «no es ni las glorias imperiales del Imperio hacia Dios que nos contaron a nosotros en el colegio, ni tampoco es tener que pasar vergüenza por el hecho de ser español o por nuestra bandera». La verdad, argumenta, es que «la historia de esta nación es la historia que hace al mundo diferente».