Desde hace unos días, el suelo de Cervantes, a los pies del Arco de la Sangre está levantado. No es que se haya producido una avería de agua, es que el Ayuntamiento ha empezado la instalación de la fuente de agua potable, en respuesta a los resultados de los Presupuestos Participativos del pasado año.

Unos Presupuestos Participativos, recuerda Hilario Alarcón, promotor de la propuesta desde Iniciativa Ciudadana, que lo que pedían era una fuente en Zocodover, no en Cervantes. En consecuencia, «el equipo de Gobierno local quiere limar una de las propuestas de los Presupuestos Participativos, y en lugar de poner la poner fuente en Zocodover, como se votó y se aprobó, quiere ponerla en Cervantes, haciéndola pasar como si estuviera en Zocodover, como si los vecinos fueran tontos».

Haciendo historia, Alarcón recuerda que Iniciativa presentó una propuesta en el Consejo de Participación del Casco y Azucaica para instalar una fuente en la plaza de Zocodover, «porque muchos de nuestros socios pensaban que era bueno, porque hay mucha gente en esa plaza, que no solamente pasa como transeúnte, sino que pasa las tardes, hay muchas tardes de calor, y la fuente daría un servicio público en Zocodover». La propuesta se aprobó por unanimidad, pero no se ejecutó. Al llegar los Presupuestos Participativos, Iniciativa y La Cornisa presentaron la propuesta, que apoyaron los vecinos. También la apoyaron los técnicos, que la consideraron viable, «y hasta donde nosotros sabemos, oficiosamente, es la alcaldesa la que se opone a su instalación en Zocodover».

Esta fuente, apunta Alarcón, «es la fuente del equipo de Gobierno local, que está en su derecho de poner todas las fuentes que quiera en las calles que quiera, pero no es la que se votó y se aprobó en los Presupuestos Participativos. Queda sin instalar la fuente que se aprobó y se votó en Zocodover».

Otra fuente olvidada. Mientras tanto, Iniciativa está denunciando en sus redes sociales la situación de otra fuente olvidada, la de la plaza Juan de Mariana. Se trata de una instalación, denuncia Alarcón, que lleva averiada casi seis meses y no se termina de arreglar. Además, ha aparecido una pintada alrededor de uno de los grifos. Y para rematar, en el suelo hay una lámina de madera en el suelo, tapando un agujero, que se imagina el portavoz vecinal que es el que se hizo al intentar arreglar la fuente.

Alarcón recuerda el «triste itinerario» de la fuente, desde «la triste reforma para satisfacer los deseos de un bar». Era una fuente sobre una acera, que después de la reforma está en lo alto de una escalera, ha quedado integrada en el entorno del nuevo bar, «sin contar para nada con la opinión de los vecinos, ni con el interés público que pueda conservar el único rincón de esa plaza donde hay una fuente pública».