De atender a enfermos Covid a ser uno de ellos

T.R.
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El jefe del Servicio de Neumología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, el doctor Jesús Jiménez, se infectó en una guardia, a pesar de extremar todas las precauciones

De atender a enfermos Covid a ser uno de ellos - Foto: Rubén Serrallé

Se libró en la primera ola de la pandemia de infectarse de coronavirus a pesar de que estar a diario con muchos pacientes contagiados y de que entonces los medios de protección escaseaban, pero, a primeros de septiembre, un sábado, tras salir de una guardia de 24 horas, el doctor Jesús Jiménez empezó a notar algunos síntomas que en principio achacó al cansancio propio de una larga jornada de trabajo pero que después s fueron agravando dando la cara y confirmando un diagnóstico de Covid-19.

Tras la realización de una PCR en el Servicio de Urgencias comenzaron todos  los síntomas propios de este dañino virus que algunas personas les deja durante semanas postrado en una cama. Esa fue el caso del jefe del Servicio de Neumología del Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, el CHUA, que en cuestión de horas pasó de médico a enfermo, aunque a su favor tiene que afortunadamente la infección por el coronavirus no le llevó a desarrollar una neumonía ni a precisar por ello hospitalización o ingreso en UCI, como recuerda que sí ocurrió con una compañera suya enfermera.

Eso sí, el doctor Jiménez no se libró de sufrir fuertes dolores musculares, cefaleas intensas, fiebre, falta de apetito, dolor de ojos, y 48 horas después perdida de olfato y gusto. Su convalecencia ha durado un mes y cuatro PCR para negativizar el virus.

Asegura que en el tiempo que estuvo aislado en su domicilio mientras se recuperaba del Covid-19 lo pensó en multitud de ocasiones cómo había podido contagiarse cuando asegura que tomó todas las precauciones necesarias y en su visita médica a pacientes con coronavirus ingresados en la planta tercera siempre usó el equipo de protección individual. «Siempre pensé que me contagiaría de Covid en la primera oleada por la cantidad de casos de  pacientes afectados que veíamos y la cantidad de tiempo que pasábamos en el hospital, pero no fue así, y me infecté en septiembre, momento que coincidió con un pico de incidencia de la enfermedad en la ciudad, pero siempre haciendo las cosas correctamente, lo que da una idea de la facilidad de transmisión de este germen».