«Me llevo bastante bien con mi marioneta, aunque es un divo»

M.G
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El conocido coreógrafo británico Thomas Noone llega al Teatro de Rojas esta tarde con su espectáculo 'After de party', una arriesgada puesta en escena en la que el bailarín danza, baile, conversa y canta con su 'alter ego' y reflexiona sobre la vida

El coreógrafo en un momentio de su espectáculo - Foto: Germán Antón

Él y su yo. Los dos encima de las tablas. La mirada de ambos amigos y enemigos al mismo tiempo. Uno, el coreógrafo entregado y con los pies en la tierra. El otro, su 'alter ego' en títere, divo y de altos vuelos. Los dos cara a cara para decirse verdades, recordar tiempos pasados, reflexionar sobre la vida y bailar al ritmo de la música conduciendo al espectador por conversaciones existenciales y episodios insustanciales. Noone y su títere, su clon en marioneta gracias a la creación de Duda Paiva, llenan la escena de vida, de cotidianeidad, de drama, de ironía y de fino humor. También de ritmo y de danza de la mano de este prestigioso coreógrafo que lleva danzando por España muchos años, con su domicilio en Barcelona, y con su compañía que ha cumplido ya 21 años.

Su espectáculo 'After de party', con más de dos años de andadura, con parón por la pandemia incluido, no pasa desapercibido y su trabajo como intérprete de danza tampoco, como recuerda su nominación a los Premios Max el año pasado donde quedó finalista. El coreógrafo y bailarín británico vive la escena y el público con la misma intensidad que sus primeras veces en los teatros de la mano de compañías holandesas y belgas. Se deja la piel y el cuerpo en cada uno de sus espectáculos desde que un día vio claro que lo suyo era la danza.

Llega a Toledo con el espectáculo 'After de party'. ¿Qué quiere contar esta vez sobre el escenario como coreógrafo e intérprete?

Es un solo en el que hablo de quiénes somos nosotros y del reflejo la vida. Lo interesante del espectáculo es que utilizo un títere, un doble del protagonista que permite hablar de uno mismo. Podría parecer un espectáculo oscuro en principio, pero no es así, todo lo contrario. Gracias al clown hay dosis de humor también.

El espectáculo lleva rodando prácticamente dos años por distintos teatros.

Sí, pero no son dos años reales porque ha habido una pausa bastante larga por la pandemia que me ha obligado a empezar y parar varias veces. Pero lo bueno es que yo y él -en referencia al títere- hemos podido actuar a pesar de que ha sido muy complicado por el tema sanitario. Así que llevamos mucho tiempo, pero con intermitencias, en el escenario.

Montar una coreografía con un títere, ¿ayuda o dificulta la puesta en escena del espectáculo?

Las dos cosas. En algunos momentos ayuda, pero en otros lo complica bastante. Para mí es algo novedoso que no había hecho hasta ahora. Llevo muy poco tiempo trabajando con títeres y me ha servido de aprendizaje. La marioneta es obra de Duda Paiva, que trabaja muy bien el látex y consigue que sus títeres sean muy expresivos y tengan mucho movimiento. Pero fue difícil al principio convivir con la marioneta porque se trata de una disciplina nueva que tuve que aprender. Aun así, creo que aporta mucho en un espectáculo que mezcla muchas cosas.

¿Qué se puede decir uno en un escenario cuando se encuentra con uno mismo hecho muñeco?

Para mí es algo muy curioso. Ves que el muñeco no tiene vida propia, pero es como si fuera una extensión de mí. Soy yo gracias al magnífico trabajo que ha realizado este artista. Es impresionante estar con la marioneta en el escenario porque es como tener múltiples yo. La verdad es que el títere da miedo y mi mujer no me deja tenerlo en casa.

Pero imagino que la marioneta no se mueve con la agilidad de sus movimientos en escena.

Se mueve mucho mejor, incluso.

¡Menuda competencia para un coreógrafo!

El títere es una extensión de mí, pero gracias a los dos se crea una gran belleza en los movimientos. Ofrece otra perspectiva aunque sea yo el que lo mueva. Así que ofrece otra dimensión que no sería posible para mí si no fuera por él. Además, una marioneta te deja explotar otras facetas de la actuación, como hablar y cantar. Y tengo claro que yo no haría ninguna de las dos si no estuviera el títere, con lo que me ayuda a hacer algo más de lo que hago normalmente.

Encima del escenario... ¿Se lleva bien con su 'yo' de marioneta?

Nos llevamos bastante bien, aunque tengo que decir que él es un poco divo y tiene muy claro que es la estrella del espectáculo.

¿Este espectáculo ayuda a reflexionar al espectador?

Sí, claro. El poder del títere es sorprendente siempre. Ya había trabajado con ellos antes en espectáculos infantiles y me di cuenta que los adultos, es decir, los padres que iban al teatro, reaccionaban muy bien con los títeres. Y entonces pensé que se podría montar un espectáculo para adultos.  Es una bonita relación la que ofrece un títere porque se da vida donde realmente no la hay y nos permite relacionarnos fácilmente con este tipo de marionetas.

Tengo claro, y lo suelo decir siempre, que cada espectáculo tiene un sentido y tiene que dialogar con el público que viene a verte.

¿Están suficientemente reconocidos los titiriteros y los espectáculos de títeres en las artes escénicas? Se trata de una discipina muy antigua a pesar de que ahora pueda ofrecerse como novedosa dentro de distintas propuestas.

Sí y no. Desde que trabajo con títeres he conocido a mucha gente que trabaja con ellos. Destaca sobre todo dentro del ámbito familiar y ocupa un buen lugar. Además, hay muy buenos y muchos trabajos con títeres, pero es cierto que en España se ve poco. Resulta curioso que ocurra esto porque en otros países hay mucha tradición de títeres. Además, hay que tener en cuenta que los títeres no se destinan únicamente al público infantil, hay trabajos muy interesantes para el espectador adulto.

Formó hace más de veinte años su compañía afincada en Barcelona. ¿Cómo le va?

Sí. Veinte o veintiún años. Llevo muchos años trabajando. A lo largo de tantos años he tenido momentos de todo, algunos muy difíciles y otros más fáciles de lo que parecían en principio. Tener una compañía de danza en España es complicado y difícil, pero no he dejado de hacerlo y quiero seguir acercándole la danza al público. Si miro atrás veo que he estado en activo todos estos años y eso es bueno a pesar de que haya dificultades.