Hasta 49 llamadas telefónicas para conseguir hablar con alguien de su centro de salud. Este es el número de veces que una madre del barrio de Valparaíso tuvo que realizar en la mañana de ayer para lograr una consulta telefónica de pediatría. Su hijo tiene fiebre y tos y, finalmente, tras desesperarse con la centralita del Sescam, logró que alguien la atendiera en su centro de salud y metiera a su niño en lista para realizarle una PCR, aunque sin fecha cerrada. «Ya te llamarán», la dijeron con total amabilidad, pero sin poder concretar más.
Y es que, esta madre en el fondo ha tenido suerte, porque la situación en la Atención Primaria de la ciudad de Toledo se acerca peligrosamente al colapso. Las agendas de todos los médicos están cerradas hasta un mínimo de siete días vista. Pedir que te vea tu médico de cabecera tiene un margen temporal, dependiendo del centro de salud de la ciudad, que varía desde el próximo martes 29 de septiembre hasta el 7 de octubre. La situación es tan grave que lleva tiempo derivando en enfrentamiento con muchos sanitarios, desde insultos a amenazas y hasta una piedra lanzada a comienzos de mes contra una consulta en el Polígono.
«Es una pelota que se ha ido haciendo y de la que venimos avisando desde el mes de julio, cuando se vio claro que ya se veía venir el rebrote, y nadie ha hecho nada. Todo el rastreo de los casos de coronavirus se hace desde Atención Primaria y con la apertura de los coles nos han terminado de hundir», explica a La Tribuna un médico de un centro de salud que, por miedo a represalias, pide que no se cite su nombre.
«Parece que están más preocupados en lo que decimos que en lo que pasa en los centros de salud», se lamenta este sanitario, que tiene muy claro dónde está la raíz del problema. «No hay gente. No somos suficientes y nos han dejado desamparados. ¿Un call-center para coger llamadas? ¿Ésa es la solución del Consejero de Sanidad? De qué sirve si no te damos cita hasta el 7 de octubre», razona sobre una situación que se veía venir desde la primera oleada de la pandemia.
«Los jefes han dado la callada por respuesta. Nos han dejado solos», se lamenta este profesional sanitario que, como muchos de sus compañeros, no se ve respaldado por sus superiores ni por unas administraciones, tanto regional como nacional, que prometieron contrataciones que de momento no se han hecho notar y cuya ausencia favorece la saturación de la Atención Primaria.