La agenda tiene reservada una cita con el motor el próximo sábado, 16 de noviembre. ‘Ciencia a la Carta’ cumple dos años y ha organizado  una actividad ligada a la ingeniería  y la automoción. En concreto, la plaza del Ayuntamiento se convertirá en un improvisado taller para que el público pueda conocer las distintas disciplinas científicas necesarias para lograr el funcionamiento de un coche eléctrico.

Más de viente personas, entre ellas, un matemático, una ingeniera química, un físico y una ingeniera informática, ofrecerán una amena charla centrada en el prototipo de coche de carreras que han diseñado y construido estudiantes de la Escuela de Ingeniería Industrial y Aeroespacial de Toledo, un vehículo que forma parte del Toletum Racing Team y compite en el concurso internacional ‘Fórmula student’.

‘Callejeros ingenieros’, como se ha denominado esta curiosa actividad, saca de nuevo «la ciencia a la calle», como explica el concejal de Educación y Cultura, Teo García, muy satisfecho por la posibilidad de que el Ayuntamiento de Toledo y ‘Ciencia a la Carta’, una asociación sin ánimo de lucro que divulga ciencia y fomenta el pensamiento crítico. En este caso concreto, el edil considera que el enfoque casa a la perfección con la filosofía del equipo de Gobierno municipal para que la cultura y la educación sean «ejes transversales» de la gestión municipal. Además, este tipo de actividades acercan la ciencia a la ciudadanía y ayuda a que vaya desapareciendo esa errónea idea de que la ciencia es aburrida o «una disciplina ajena a nuestro día a día».

Además, García reconoce que este tipo de actividades se suman a la extensa agenda cultural de la ciudad que llega de la  mano del Teatro Rojas, las actividades y talleres que ofrecen los museos y distintas entidades, sin olvidar la agenda puntual que se va ofreciendo con motivo de distintas conmemoraciones.

La actividad. La obtención «limpia» de energía eléctrica marca esta iniciativa. La coordinadora del colectivo, María José Ruiz, explica que también se explicará el funcionamiento de un motor tradicional de combustión interna para establecer las diferencias. Al margen de las charlas, la iniciativa cuenta con un buen aliciente, el prototipo diseñado que ayudará a ver materializado el trabajo de las distintas disciplinas.

La actividad ha dado un paso más y se ha convertido en inclusiva, puesto que se cuenta con un profesional de la lengua de signos para todos aquellos ciudadanos sordos o con problemas auditivos