Muere César Egido, fundador del Museo de la Palabra de Quero

La Tribuna
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Su Fundación convocaba el Concurso Internacional de Microrrelatos. El ganador se embolsaba 20.000 dólares por no superar las 100 palabras, lo que le convertía en el certamen literario mejor dotado económicamente por extensión de los trabajos

César Egido

La Palabra se ha quedado hoy muda. El quereño César Egido Serrano, presidente de la Fundación que lleva su nombre, e impulsor del Museo de la Palabra de Quero, ha fallecido hoy.
Egido dio a luz en 2009 a un proyecto que, aunque sostenido sobre la utopía, se ha convertido en una realidad. Con su Museo de la Palabra ha conseguido que Quero, Castilla-La Mancha y España tengan un espacio propio y distinguido en más de medio mundo. César Egido escondía una filantropía que dejaba entrever en cada una de sus esperanzas de que la palabra alcanzara por fin su verdadero fin en el mundo, ser la herramienta de la paz. «No concibo que alguien pueda sobrevivir sin leer».
En 2015 fue nombrado Hijo Predilecto de Castilla-La Mancha, un reconocimiento que le ilusionó de forma especial. «Mi corazón está aquí, en mi tierra», aseguró en un emocionado discurso tras recibir el título de manos de María Dolores Cospedal.

Tras conocerse su fallecimiento ocurrido en la madrugada de hoy, la a consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, trasladó el pésame a la familia y amigos de César Egido.
 «César Ejido ha luchado en nuestra región por la cultura y por la puesta en valor de toda la trayectoria cultural de Castilla-La Mancha, algo que nos entristece a todos», subrayó la consejera.

El Museo de la Palabra está ubicado en el municipio de Quero en una Casa-Palacio situada en el corazón de la ruta cervantina. El Museo es el centro neurálgico de actividad cultural de la Fundación César Egido, una fundación privada sin ánimo de lucro, de carácter cultural, no confesional.

Desde 2009 convocaba el Concurso Internacional de Microrrelatos ';Museo de la Palabra'. El productor teatral estadounidense Devlin Elliott fue el ganador de 2019. El ganador se embolsa 20.000 dólares lo que hace de este certamen literario el mejor dotado económicamente del mundo si se tiene en cuenta la extensión de los trabajos, ya que los microrrelatos no podían superar las 100 palabras.