«Enloquecer un poco era un buen camino para nosotros»

C.M
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Entrevista a Eduardo Vasco, director de Noviembre Teatro y del montaje 'Entre bobos anda el juego'. La cita, hoy y mañana a las 20,00 horas, en el Rojas.

«Enloquecer un poco era un buen camino para nosotros»

El  actor  y  la  palabra  en  primer plano,  la  música  en  directo,  el  trabajo  de  elenco  y  una  manera  de  entender  el  teatro  sin artificios ni inventos epatantes. Así expone Eduardo Vasco las maneras teatrales de ‘Noviembre Teatro’, compañía por él dirigida que hoy y mañana, en el Rojas, ofrece su última apuesta. Se sube a las tablas escenificando una de las grandes obras del repertorio del Siglo de Oro español, la divertida ‘Entre bobos anda el juego’ del toledano Rojas Zorrilla.

Lo hace narrando la historia de dos amantes que logran encontrarse pese a la sinrazón que les rodea, tratando de ganar su batalla mediante el amor, «motor imprescindible en nuestra tradición de teatro áureo, y el ingenio, que a menudo mueve los ejes de lo cómico». Eso sin olvidar que los autores, siempre y sobre todo en el Siglo de Oro, escriben «teatro para contar historias a la gente sencilla, entretenerla, enriquecer su espíritu y, en ocasiones, producir una reflexión». Porque en Noviembre Teatro «creemos que el teatro debe ser, sin perder sus calidades ni sus virtudes, accesible; y para ello trabajamos».

¿Por qué este título?

Llevamos mucho tiempo dedicados a los clásicos tanto en nuestra etapa en la Compañía Nacional como en Noviembre Teatro, y queríamos apartarnos un poco de lo que ya conocemos, de lo que ya habíamos transitado. En ese sentido, una dramaturgia como la de Rojas Zorrilla, que posee una visión muy distinta a lo que está en boga en el Siglo de Oro, era ideal.

Así que alejarse de lo conocido, de ahí la elección de una comedia.

Sí, era ideal para explorar nuevos territorios dentro del Siglo de Oro, pero sobre todo también para enfrentarnos a una comedia. Ten en cuenta que llevábamos mucho tiempo con dramas y tragedias, desde ‘Noche de Reyes’ no habíamos hecho una comedia, nos apetecía mucho y era una gran oportunidad. Esta es una comedia de figurón que inaugura prácticamente, aunque tiene antecedentes, un género que va a estar de moda hasta casi el siglo XXI, todavía tenemos alguna, y la idea era divertirnos para divertir al público. Esa sería una buena definición de nuestro objetivo.

Teniendo en cuenta que somos una gente que tiene el mundo de la palabra y del verso por bandera, y que no somos especialistas en el Siglo de Oro, enloquecer un poco en la vía de la comedia era un buen camino para nosotros.

Pero un camino en el que aparece un figurón dentro de una forma de hacer que huye del exceso.

Sí, la comedia de figurón ralla casi en la farsa, tiene su peligro como dices, pero es un género que se puede hacer con elegancia. Con cierta moderación, no necesariamente con contención en lo interpretativo, sino todo lo contrario, pero sí trabajando un género.

Hacerlo es una de las mejores cosas que te pueden pasar, no podemos estar trabajando siempre el mismo género porque acaba resultando tedioso. Entonces explorar un mundo, en lo interpretativo, un poco más desmedido, pues también tiene su gracia y mucho interés para nosotros.

¿Cómo lo ha enfrentado?

Yo trabajando soy muy instintivo, estudiamos a los sabios  pero todo nuestro bagaje de erudición lo metemos en un cajón. Cuando haces teatro, una vez que ya sabes todo eso, te tienes que dedicar a hacer que el público se lo pase muy bien, y a crear un mundo verosímil pero dentro de la extravagancia de la comedia. Y eso se rige, básicamente, por instinto aunque evidentemente hay mucho oficio detrás. Queremos que este sea un espectáculo lleno de vida y eso lo tienes que hacer sin demasiado cálculo, con un gran control de la pulsión vital, y eso se hace por instinto dramático.

Además el espectador lo está recibiendo con una carcajada.

Nos está yendo fenomenal, somos unos agraciados en este momento, hacemos una comedia que nos encanta, que nos divierte mucho y que nos la demandan en todas las partes, estamos encantados.

¿Cree que estos autores siguen ahuyentando a cierto tipo de público?

Creo que ya no, en las últimas décadas se ha conseguido un público para teatro clásico, muy fiel, que sabe muy bien lo que quiere. Que está cansado de experimentos y de no entender cosas porque lo que se quiere encontrar es algo relacionado con nuestro patrimonio, con nuestro patrimonio bien tratado y bien querido.

Nosotros lo que nos encontramos, casi siempre, es un público que viene versado en el tema. Entre los que aparecen de nuevas se da cuenta de que el Siglo de Oro es muy entretenido, muy divertido, enriquece mucho porque está escrito en poesía, así que todo son ventajas.

¿Y los jóvenes?

Sí, se ve gente joven, es verdad que mayoritariamente el público tiene cierta edad -también por el tema del poder adquisitivo-, pero en muchos sitios dan facilidades y ahí se suele ver mucha gente joven. Además con las campañas escolares se puede captar que existe el interés.

Este texto alude a que los años pasan pero las situaciones parece que permanecen.

Sí, cuenta la historia de un nuevo rico que se cree con el derecho de opinar y decidir el futuro de los demás simplemente porque tiene dinero. No está sustentado por una cultura ni por una filosofía o por un deseo de construir, sino que es un individuo que te puedes encontrar en cualquier parte. Por lo que sí, es un personaje que acaba siendo muy contemporáneo porque todos tenemos un Don Lucas del Cigarral en la vida.

Pues eso, los de arriba siempre arriba.

Te diría que afortunadamente para los que contamos historias, porque quiere decir que podemos usar las historias de hace muchos años, desde los griegos hasta aquí.

¿Cómo está la situación de la escena nacional?

Creo que el ambiente se está renovando y es fantástico. Está apareciendo gente muy interesante, con unos discursos muy particulares, y esto viene fenomenal. Todo lo que sea sangre nueva y renovación está muy bien. Incluso para los que llevamos mucho tiempo, también tenemos que buscarnos la vida para evolucionar, creo que eso siempre está muy bien. El panorama, ahora mismo dentro de su dificultad, está lleno de interés para el espectador, y eso es lo principal. Que el espectador tenga interés por el teatro.