Los tentaderos son escuela de aficionados

Dominguín
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En la tarde de ayer se celebró en Villaseca de la Sagra el tercero de los encuentros clasificatorios para la final del Alfarero de Plata 2019. Debutó en el coso de La Sagra la divisa de Emilio Artalejo, cuyos animales dieron un juego destacado

Los tentaderos son escuela de aficionados - Foto: Joaquin Romera

No nos hemos parado a pensar uno de los trasfondos de los tentaderos de Villaseca de la Sagra. Cada fin de semana, los aspirantes se la juegan ante las vacas que les han correspondido en suerte, cada día pasan en minutos la oportunidad de alzar la gloria de la final con la yema de los dedos. Algunos acuden con la idea de ver a las nuevas promesas sin picadores, que han sido seleccionados por el Ayuntamiento de Villaseca. Otros con la vista puesta en el ganado, lo analizan, estudian y ponen nota, como si fueran ellos los propios ganaderos. Los hay que lo ven como un festejo al uso, donde los animales deben entregarse y los novilleros triunfar con sus trastos ante el entendido jurado villasecano.

Pero los tentaderos del Alfarero de Plata, son una fuente de la que podrían beber aquellos que queremos que se adentren en el mundo del toro, aquellos que pueden llegar a ser aficionados o simplemente a los que se les invite a probar a ver y entender la tauromaquia. Los jóvenes que acuden cada jornada a Villaseca, ven a jóvenes muy niños, jugando a ser hombres, aspirantes con defectos, queriendo actuar como maestros. Y todo eso conjugando el enclave especial del coso semi cubierto, su cuidado ruedo y su respeto, hacen que sea un “master” avanzado en cinco clases de tauromaquia.

Los tentaderos son, en definitiva, la selección que el criador hace de sus productos hembras para examinar tras la alquimia de los lotes de hembras productoras y semental, si las características perseguidas han sido transmitidas a el carácter de sus hijas. Estas vacas que tienen por delante un examen exhaustivo, son probadas al caballo en varias ocasiones, viendo a juicio del ganadero si alcanza el límite impuesto en su umbral de lo que es la bravura al caballo. Luego con la muleta, se le realiza una faena al uso, toreo fundamental, que no debe olvidarse hacerse a favor del animal, sacando sus virtudes y buscando que las muestre, así la mano definitiva del criador, dará su veredicto de aprobación para madre o desecho para matadero.

Los tentaderos son escuela de aficionadosLos tentaderos son escuela de aficionados - Foto: Joaquin RomeraLas eralas de Emilio Artalejo, venidas desde tierras extremeñas, tuvieron capas variadas y comportamientos interesantes ante el capote del joven matador de toros Diego Carretero, que actuó como director de lidia de la tercera tienta.

El de ayer fue el tentadero más internacional hasta ahora pues tuvimos la oportunidad de ver a tres jóvenes españoles de Toledo, Cádiz y Castellón, un francés y un portugués. Todos ellos con buenas maneras y alumnos de cinco escuelas taurinas diferentes que le dan su impronta a la personalidad innata que desarrolla cada novillero en su labor de aprendizaje.

Abrió plaza Cristian Parejo, de Chiclana de la Frontera, que dejó una labor de seriedad y sobriedad, y un oficio bien aprendido ante una vaca que le permitió disfrutar por momentos.

Los tentaderos son escuela de aficionadosLos tentaderos son escuela de aficionados - Foto: Joaquin RomeraLa segunda res fue para el portugués Joao D´Alva quien tuvo que lidiar la dificultad de la falta de fuerzas y acometidas. Puso voluntad y ganas ante el aficionado público villasecano.

El castellonense Joan Marín lidió la tercera del tentadero, dejando un buen concepto de toreo aunque se le vio el escaso bagaje ante los astados. Quiso agradar toreando de frente y con los pies clavados en la arena, lo que probó un pequeño susto al chaval.

El representante toledano de la tarde fue el joven de Méntrida Daniel Pérez, alumno de la Escuela Taurina José Cubero “Yiyo”, que tiene un corte especial y unas características importantes para llamar la atención en este mundo. Con su vaca estuvo diferente a como estamos acostumbrados a verle, quizás por los nervios o la falta de acople con la becerra. Podrían destacar algunos muletazos encajados y de gusto sueltos que atisban la torería que tiene nuestro paisano en sus muñecas.

El último novillero del tentadero fue el francés Solanito, joven de Nimes y perteneciente a la escuela Comarcal del Campo de Gibraltar. En su actuación se le vio muy preparado y destacando por encima de sus compañeros de tentadero. Macizo y rotundo en su concepto del toreo, en tandas templadas y por bajo por ambos pitones de gran calado en los tendidos. A la postre, fue el chaval que más posibilidades tiene de los cinco de estar en el cartel de la final.

Para finalizar toreo una vaca el matador de toros Diego Carretero, que dejó una gran sensación en “la Sagra” ante las decenas de aficionados que se desplazaron otra tarde más a ver el tercer tentadero del certamen del Alfarero de Plata que ya ha alcanzado el ecuador.