La Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer) celebra su 40 aniversario en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Castilla la Mancha con unas jornadas sobre 'Mujer y medio rural'. Su presidenta, Carmen Quintanilla, destaca que en estas cuatro décadas hayan podido aportar material para producir un cambio en la mentalidad pero también subraya todo el camino que queda por recorrer para facilitar a estas mujeres la posibilidad de continuar trabajando en el campo desde sus especialidades, también universitarias. Entre las ponentes se encuentras las profesoras Cristina Díaz, de la Universidad de Castilla la Mancha, y Pilar Laguna, de la Universidad Rey Juan Carlos.

Quintanilla opina que es un broche de oro a los 40 años que llevan enarbolando la bandera de la igualdad de oportunidades en el medio rural. Sin embargo alerta de que dos de cada tres personas que abandonar el mundo rural son mujeres; y que hay mil pueblos en España que no tienen niños de 0 a 4 años (20 son de Castilla la Mancha).

En el lado positivo las mujeres rurales están mejor formadas que nunca en las universidades «rompiendo la mentalidad» de que el hombre estudiaba y la mujer se quedaba en casa. Dice que hoy la que estudia es la chica y son ingenieras, biólogas, veterinarias o especialistas en el dirección de empresas y en derecho.

Por eso cree que si tuvieran trabajo en el mundo rural no se quedarían en el mundo urbano «tan deshumanizado» y aboga por un pacto rural europeo y por que España establezca una transversalidad para poner en valor el trabajo rural por medio de un pacto con lo urbano.

Su conclusión es que se necesita empleo, igualdad, justicia social y desarrollo rural porque el mundo rural tiene futuro si se cuenta con las mujeres ya que es donde reside«la soberanía alimentaria» que esencialmente son producidos por mujeres.

Entre los datos que se han dado a conocer destaca una comparativa del entorno urbano y rural por renta y información. Señala que Castilla la Mancha es la cuarta por la cola en intención emprendedora de las mujeres y que es la región con más abandono por miedo al fracaso.

Sin embargo en los hombres es la sexta por intención emprendedora y la cuarta en emprender negocios nuevos. Por lo tanto hay una brecha de género y se trata de romper los estereotipos. Una de las claves es ver si son capaces de emprender, que tengan modelos de referencia de otras mujeres.