La actualidad se orienta a la rehabilitación y Toledo ofrece una gran oportunidad en este terreno. Un reto que ahonda en la modernización, la sostenibilidad energética, la accesibilidad y la mejora general de edificios y viviendas en distintos barrios que contribuyen a incentivar el mercado inmobiliario y a conseguir una oferta más equilibrada. Con este objetivo, la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) ha redactado un Plan de Acción de Rehabilitación, un amplio documento que detalla las principales barreras que mantiene Toledo para afrontar la rehabilitación y las posibilidades de colaboración del Ayuntamiento con apoyo en la financiación de otras administraciones.

El documento señala la necesidad de contar con un Plan de Acción Municipal que sea «la hoja de ruta» con objetivos a corto, medio y largo plazo, incluya planes de inversión, establezca el papel de los distintos actores del proceso, determine las áreas de actuación a priorizar y busque referencia s y modelos de barrios piloto que ayuden a elaborar el boceto preciso.

Toledo parte desde hace años con políticas de rehabilitación ligadas al Casco Histórico «desde una perspectiva monumental y de espacio público» y en menor medida enfocadas a la vivienda. Si bien, la EMV subraya «la fuerte necesidad» de rehabilitar bloques de viviendas fuera del Casco, construidos «entre 1940-1980 por carencias en la envolvente térmica, accesibilidad y perfil social de los habitantes».

En esta línea, Toledo ha ido avanzando en los últimos años en el análisis y diagnósticos relacionados con la salud del parque residencial, pero precisa el uso de todas las oportunidades y herramientas a su alcance para potenciar su eje rehabilitador. Para ello, la empresa municipal pone como ejemplo las oportunidades que brinda la Edusi, «que refuerzan la necesidad  de apostar por la rehabilitación». Además, el momento actual es favorable por el apoyo «político, técnico y social» al impulso de un plan de rehabilitación que podría apoyarse en «la gran inversión prevista por el Gobierno Central».

El primer objetivo de este plan de acción, se orienta a definir sus bases que permitan «movilizar la rehabilitación integral» en la ciudad  orientada a un permanente diálogo y trabajo de la mano de múltiples agentes públicos y privados, incluidas las comunidades de propietarios y el sector profesional. Para ello,  se plantea «una visión integral» de la rehabilitación con especial atención a la accesibilidad universal - debido al envejecimiento poblacional, la sostenibilidad energética  y la habitabilidad. Además, la EMV apuesta por un modelo innovador  «de gobernanza, gestión y financiación del proceso», contando con un equipo de trabajo multidisciplinar

recogida de datos. El contexto y el análisis del parque edificado  es fundamental como punto de partida. Lo más llamativo, en principio, es la gran cantidad de edificios de cuatro plantas o más levantados entre 1940 y 1980, excluyendo el Casco Histórico. En este caso, existen 418 edificios, es decir,  9.399 viviendas, es decir, el 24% del total de viviendas de la ciudad. Esta tipología de edificios con cierta antigüedad protagoniza el análisis por sus necesidades y por el potencial que  mantienen de cara a  la rehabilitación. El documento de la EMV apunta algunos menos, 281 edificios, 8.679 viviendas, como posibles objetivos, descontando  los que no son homogéneos y otros ocho edificios posteriores a 1980 que también se han incluido en este grupo, como los de las Malvinas.

Una vez analizadas su accesibilidad y sus necesidades, la EMV apunta que el 81% de los edificios construidos entre 1940 y 1980 «están en mal estado de conservación y requieren una rehabilitación».

En un análisis pormenorizado del parque de vivienda residencial no puede faltar el envejecimiento poblacional, que muchas veces actúa como barrera para la mejora de los edificios. En este caso, la peor parte se la lleva la zona oeste de la ciudad, Santa Bárbara y el Polígono, con más población de edad avanzada. Y lo mismo ocurre con el nivel de renta, que suele entorpecer a la hora de mejorar la conservación, y ahí la zona este del municipio es la que presenta menores niveles de renta.

El siguiente paso a la hora de sentar las bases del plan es establecer una priorización de áreas con necesidades de actuación. En esta lista destacan el millar de domicilios del Poblado Sindical;  2.000 ubicadas en el Polígono, 1.332 en Palomarejos, 812 en Santa Bárbara, 960 en los Bloques;304 en el Paseo de la Rosa, 534 en Santa Teresa, 876 en Las Malvinas, y 948 en Buenavista. En total, 270 edificios con 8.679 viviendas.

En relación a la rehabilitación, la EMV considera imprescindible elegir un área para poner en marcha una iniciativa que pueda servir más tarde para el resto de zonas. De ahí, que el Poblado Sindical pueda convertirse en el «primer conjunto piloto». No obstante, se parte de una primera aproximación gracias al estudio que se redactó hace más de diez años para obtener la declaración como área de Rehabilitación Integral (ARI), que dejó claro en su momento la necesidad de contar «con una voluntad política clara» y sensibilizar a la población de la oportunidad, ya que debe implicarse en los costes que no entran en las subvenciones.

En esta línea, la EMV también recuerda que en esta zona de la ciudad el Plan de Ordenación Municipal de 2007 planteaba el derribo  parcial de bloques y construcción de nuevos edificios para realojos, pero ahora la iniciativa busca una solución mixta, la rehabilitación de los edificios y el aumento de una planta más «con viviendas innovadoras.