La presión hospitalaria en esta sexta ola de la pandemia no está siendo tan elevada en relación a la gran cantidad de contagios registrados. Las vacunas están haciendo su efecto y eso se nota en las camas hospitalarias, que marcaron su pico más alto de ocupación el pasado jueves, 20 de enero, pero que desde entonces se han ido reduciendo ostensiblemente.

Especialmente positivas en esta bajada de pacientes ingresados han sido las últimas 24 horas, cuando se ha certificado una caída del 8,7%, al pasar los hospitales de la provincia a contar con 156 toledanos con un cuadro agudo por coronavirus frente a los 171 de la jornada anterior.

De esos 156 pacientes, la inmensa mayoría se encuentra en el Hospital Universitario de Toledo capital, mientras que el resto está en el Prado de Talavera a excepción de dos que están ingresados en el Hospital Nacional de Parapléjicos.

La caída de las hospitalizaciones en cama convencional es un dato positivo de la evolución de la pandemia en Toledo, aunque no se ve correspondido con una bajada de los pacientes en unidades de cuidados intensivos.

Según los últimos datos ofrecidos por el Gobierno de Castilla-La Mancha, a través de su Dirección General de Salud Pública, en la provincia hay ahora mismo 13 personas en estado crítico por el virus, una menos que en la jornada anterior.

La peor cara de la pandemia vuelve a estar un día más en la mortalidad, toda vez que Toledo ha registrado dos nuevos fallecimientos a consecuencia del coronavirus. Con todo, la cifra es la más baja desde el pasado 10 de enero, toda vez que desde entonces las cifras de óbitos diarios no ha caído de tres.

Por último, los datos de contagios siguen fluctuando y no hay un síntoma evidente de caída de la ola, ya que en las últimas horas se han contabilizado 1.703 nuevos infectados en Toledo.