Despertar de la pesadilla gracias a dos pinchazos

Hilario L. Muñoz
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Tras 10 meses de batalla con el coronavirus, los profesionales sanitarios relatan con ilusión las sensaciones que les produce dar y recibir la vacuna que puede acabar con la pandemia

Uno de los profesionales de Quirón recibe la primera dosis de Moderna, en cuatro semanas recibirá la segunda dosis. - Foto: Rueda Villaverde

Los sanitarios han cambiado el temor por la ilusión en apenas diez meses. Los profesionales comienzan a ver algo de luz gracias a la llegada de la vacuna y con ella esperan recuperar parte de su día a día en el ámbito laboral. Se trata de un momento que se vive con «mucho optimismo, tras una fase tremenda, en la que se han visto tantas cosas», según relata María Ángeles Ruiz. En ese «tantas cosas», conviven los momentos iniciales de la pandemia, sin recursos para combatir un enemigo desconocido, al trabajo en solitario con el ruido de fondo de los aplausos durante el confinamiento.

Ruizjunto a Julia de la Calle son dos enfermeras que han comenzado la vacunación con Moderna esta semana, sumando a sus jornadas en el Punto de Atención Continuada , la labor de llevar ilusión en forma de pinchazos a sus compañeros sanitarios. «Es la única esperanza que tenemos frente a esta pandemia» , relata De la Calle, quien apunta que los primeros vacunados les relataban la necesidad de «terminar cuanto antes esta pesadilla».

Las dos enfermeras han recibido ya la primera dosis de la vacuna de Pfizer y exponen que han tenido «un cambio de mentalidad», desde que la recibieron, más esperanzadas ante los meses que vienen. Con todo, saben que hasta que no haya una vacunación de rebaño, no habrá cambios sustanciales en lo cotidiano, aún pueden ser portadoras, pero también saben que es más difícil el desarrollo de la enfermedad con los anticuerpos que ya han generado.  Para sus familiares, la vacuna implica también un respiro tras «todo lo que ha ocurrido» desde aquella primera ola de marzo y el temor a contagiarles. «Hemos estado cara a cara de pacientes con COVID, muy asustadas, porque teníamos que atenderle, pero después siempre queda esa duda de saber si lo habré pillado», recuerda María Ángeles Ruiz. «De alguna manera estoy protegiendo a mi familia porque esta labor va a hacer que la pandemia termine y nadie muera», relata de La Calle.

Despertar de la pesadilla gracias a dos pinchazosDespertar de la pesadilla gracias a dos pinchazos - Foto: Rueda Villaverdetodos vacunados. Tras la primera vacuna, explican las sanitarias, hay algo de dolor en el brazo, «las molestias normales», que se sienten con cualquier pinchazo. Hay quien ha tenido algo de reacción alérgica o algún problema intestinal, pero nada que lleve a no ponerse la vacuna. De hecho, la ilusión por escapar de la pesadilla es la que hará que, incluso los profesionales que no suelen protegerse de la gripe, lo hagan frente a este virus. Es el caso de Mari Carmen Sumozas, médico de Quirón, que el jueves pasado recibió la primera dosis. «Yo personalmente no me suelo vacunar, pero de esta sí y la recomiendo», relata con la ilusión de empezar a estar protegida tanto para cuidar a sus pacientes como a su familia, con su madre casi centenaria. Sumozas recuerda a los compañeros que han pasado el virus y a aquellos que han fallecido por el camino, para mirar con algo más de esperanza las semanas de lucha contra el virus que quedan antes de que concluya del todo la pandemia.

Mientras, el director médico de Quirón, Alfonso Espinosa, recuerda que la sanidad privada ha estado en primera línea luchando contra el COVID, con un plan de contingencia propia que amplió los recursos asistenciales y la UCI y dedicando, como el resto de la sanidad, todos los recursos a combatir el virus en la primera y segunda ola. «Hoy estoy esperanzado, no solo por mí sino por el resto de trabajadores que van a estar protegidos» y ganar en tranquilidad tras combatir el coronavirus.

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Despertar de la pesadilla gracias a dos pinchazos
Despertar de la pesadilla gracias a dos pinchazos - Foto: Rueda Villaverde
Despertar de la pesadilla gracias a dos pinchazos
Despertar de la pesadilla gracias a dos pinchazos - Foto: Rueda Villaverde

En el primer nivel no solo se encuentran los profesionales sanitarios sino también aquellos que trabajan en primera línea del virus, como el personal de limpieza de los centros sanitarios. Por ejemplo, en la mañana de vacunación, acudía «contenta», Prado Herrera quien recordó que su labor implica recorrer «todo el hospital» En su caso ha ido pasando por distintas fases, con «mucho temor» en marzo y abril, y con algo menos conforme ha ido avanzando la pandemia.  «No me he enterado», relata, por su parte, Víctor Manuel Ferragoso, otro de los primeros en vacunarse el pasado viernes en Quirón. En su caso, con ese pinchazo, concluye «un año largo» de lucha contra el virus y se crea un hogar en el que él y su mujer, también trabajadora sanitaria, estarán vacunados. Un primer hogar de los muchos necesarios para «controlar» la pesadilla del coronavirus.