La Talajara de siempre

Antonio Á. Torres
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La comarca de Talavera se engalanó en la jornada de este domingo para acoger esta prueba ciclista que para su duodécima edición invirtió el recorrido de años anteriores

Talajara de siempre - Foto: Fotos: Antonio Á. Torres

¡Mucho ánimo, que todavía cogéis a los primeros! Es el mensaje de aliento que manda un espectador a un grupo de participantes en la Talajara que han quedado un tanto rezagados tras la salida de la prueba ‘corta’, un término que, aunque para muchos sea todo un mundo, se puede aplicar para definir la ruta de 75 kilómetros en bicicleta por asfalto, y mayoritariamente por caminos de tierra de la comarca talaverana, que preparó la organización para esta duodécima edición.

Ése es el espíritu de la Talajara, el del buen rollo. Se trata de una cita ciclista que todos los años por estas fechas une a los distintos municipios comarcales, los cuales se visten de gala para la ocasión y ofrecen lo mejor de sí para recibir a unos ciclistas llegados desde distintos puntos de la geografía nacional y que hacen su desembarco en la Ciudad de la Cerámica con el objetivo de completar una de las pruebas míticas dentro del ciclismo de montaña nacional, cita que, por cierto, no es de carácter competitivo.

Sí que es verdad que son muchos los que buscan nuevos retos, superar sus registros de ediciones anteriores, pero no solo en lo que a reducir su tiempo en línea de meta, sino también de completar ediciones. Un ejemplo de ello es Miguel Ángel González, que con la de este 2019 llegaba a su duodécima participación, las mismas que ediciones se llevan celebradas de esta imprescindible para los ‘bikers’.

Talajara de siempreTalajara de siemprePero Talajara no sólo consiste en competir y rodar por rodar, va mucho más allá. Talajara es visitar y recorrer eso bonitos parajes que tiene la comarca talaverana, como es por ejemplo esa Vía Verde de la Jara que tantas y bonitas postales nos deja cada año. Además es compartir una mañana de aventuras con los amigos de la ‘grupeta’ con los que uno se reúne cada fin de semana. Y es también hacer nuevas amistades con la bicicleta como nexo de unión entre todos.

Es incluso empaparse de la cultura de municipios como Las Herencias, Alcaudete, Buenasbodas, Campillo de la Jara, Aldeanueva de Barbarroya o Calera y Chozas, quien reciben con los brazos abiertos y agasajan a los participantes con un pequeño tentempié para recuperar energías y seguir circulando por unos caminos que este año presentaban variaciones importantes.

Sin ir más lejos, el trazado tanto de la Maratón (75 kilómetros y 792 metros de desnivel positivo) como de la Súper Maratón (136 kilómetros y 1.834 metros de desnivel positivo) se hacía a la inversa que en años pasados, con la división de las rutas poco antes de llegar a Belvís de la Jara y volviéndose a unir todos en Aldeanueva de Barbarroya, el penúltimo de los seis puntos de avituallamiento programados por la organización.

En esta edición se daban cita aproximadamente 2.500 participantes y a muchos de ellos les tocaba madrugar, porque la distancia ‘larga’ adelantaba su salida a las ocho de la mañana en el Recinto Ferial de Talavera.

Talajara de siempreTalajara de siempreAntes de ello había que cumplir los rituales. El primero de ellos, el corte de cinta a cargo de la diputada provincial de deportes y concejal del consistorio local, María Jesús Pérez. Posteriormente llegaría la simbólica entrega a la alcaldesa Tita García Élez de ese maillot conmemorativo, la gran novedad.

A las 9:00 horas tocaba repetir la foto y también repetir corte de cinta, esta vez con la presencia de un David Arroyo que cuenta con varias ediciones ya a sus espaldas y que incluso sabe lo que es llegar a meta el primero en alguna de las mismas, pero que en esta edición de 2019 prefería ver los toros desde la barrera.

Pistoletazos de salida y cada uno a su ritmo. Los más veloces en completar la ruta de Maratón lo hacían en apenas dos horas y media (Iván Díaz Fernández firmaba un registro de 2.26:20), mientras que en la Súper Maratón el primero se iba prácticamente a las cuatro horas (Raúl Peces firmaba un crono de 3.50:45).

Talajara de siempreTalajara de siempreDe ahí en adelante goteo incesante de participantes en la meta oficiosa (donde se registraban los tiempos) que estaba ubicada junto a la zona de la Universidad, y también en la meta oficial, en el Recinto ‘Talavera Ferial’. Ésta última iba a estar mucho más concurrida, con notable afluencia de público y con espectáculo musical para animar el ambiente.

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En esta última parada esperaba también un refresco y buen plato de migas para reponer energías, algo que años atrás se entregaba al paso por la localidad de Alcaudete de la Jara y que ésta vez, por razones de recorrido, se decidió hacer al final de la prueba, en la propia Talavera de la Reina.