Santa Eulalia revela su verdadero origen

F. J. Rodríguez
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Los trabajos arqueológicos y la estratigrafía realizada en la parroquia desvelan el secreto. El actual templo cuenta con una cimentación del siglo XII que se levantó sobre una rica casa de época califal de entre el siglo X y XI

El estrato de derrumbe de la casa islámica es perfectamente visible. - Foto: Yolanda Lancha

Santa Eulalia ha desvelado sus secretos. Tras casi tres años de trabajos arqueológicos con lo que comenzó siendo un problema de humedades, la emblemática parroquia mozárabe ha recuperado ya el culto tras la consagración del arzobispo con un nuevo suelo y, bajo él, una pieza más del tremendo puzzle del viejo Toledo.

El equipo de Atempora Arqueología, formado por Samuel Rodríguez y Javier Peces, ha sido el encargado de los trabajos en la zona, cuyos resultados científicos no dejan margen a la duda. Santa Eulalia no se sustenta bajo ninguna basílica visigoda. En realidad, la actual parroquia cuenta con una cimentación realizada en el siglo XII que, a su vez, se levantó sobre una casa de época islámica, de entre los siglos X y XI, y que colapsó. Los patrones constructivos y los materiales arqueológicos asociados, responden a una adscripción cultural de ese tiempo, lo que no se sabe es quién podría vivir en ella, si un musulmán o un mozárabe.

Debajo de esa vivienda de época califal solo está la roca madre de Toledo. ¿Eso pone fin al mito visigodo de que fue levantada por Atanagildo en el año 559? ¿Contradice las afirmaciones de autores como   Sixto Ramón Parro, el Vizconde de Palazuelos, González Simancas, Ramírez de Arellano o Guillermo Téllez?  Pues en parte sí y en parte no, ya que si bien es cierto que bajo el templo no hay nada más, también lo es que la casa de época islámica bien pudo actuar de tabula rasa, derribando cualquier edificación preexistente.

Aspecto del templo con su nuevo suelo.Aspecto del templo con su nuevo suelo. - Foto: Yolanda LanchaLas excavaciones, que han llegado a los cuatro metros de profundidad, han encontrado hasta silos de la Edad de Bronce, y cantidad de restos de origen romano mezclados con escombros, por lo siempre queda abierto un mínimo resquicio para los más románticos.

Pero los datos de la ciencia son fríos, y éstos marcan inequívocamente a ese origen islámico y, más concretamente, a una vivienda. No se trata de una mezquita, como puede pasar con otros templos mozárabes con raíces visigodas, sino que en Santa Eulalia queda certificado el uso doméstico al encontrarse las tinajeras de su bodega.

«La arqueología viene a confirmar o desmentir las tradiciones, a veces con poca constancia documental, que se dan por hechos. Como dice el profesor Andrea Carandini: las fuentes escritas tienen intencionalidad, las arqueológicas no. En este caso, lo que se ha constatado, por estratigrafía, es que en época islámica, en el contexto de la reurbanización que impulsaba el poder político, se aterrazó la roca acondicionándola para la construcción de una vivienda sobre la que posteriormente en el s. XII se erigió la actual iglesia», señala Samuel Rodríguez, que indica que tuvieron fortuna de encontrar excavados en la piedra los huecos de las tinajas de la bodega islámica.

En la cripta bajo el altar se ha colocado la reliquia del Lignum Crucis y las de San Marcos, Santa Eulalia y San Torcuato en un arca.En la cripta bajo el altar se ha colocado la reliquia del Lignum Crucis y las de San Marcos, Santa Eulalia y San Torcuato en un arca. - Foto: Yolanda LanchaEsa vivienda fue derribada o colapsó bruscamente en algún momento, ya que también se conserva el estrato de derrumbe, y eso propició que en los trabajos de construcción del posterior templo cristiano se reutilizara mucho escombro para colmatar la nave central. Entre ese relleno, ha sorprendido el hallazgo de una yesería califal tremendamente rica que aún está pendiente de análisis, pero que viene a corroborar el poderío económico del propietario del extinto inmueble.

Los muros que se encontraron al comenzar a excavar el suelo en 2019, sobre los que se apoyan las columnas del templo superior, son muros del s. XII que cimentan el templo que vemos. «Son muros para ser vistos. No han estado con yeso ni enlucidos con cal. Son muros ricos, de mampostería. Muy bien trabajados», explica el párroco de Santa Eulalia, Francisco Javier Hernández, principal impulsor de los trabajos arqueológicos, que rondan ya el medio millón de euros en gasto. «Ha sido una intervención muy ambiciosa, ya que el proyecto inicial era bajar 40 cm para colocar un forjado. Con eso hubiéramos salvado las humedades, pero también habríamos cerrado las puertas a investigaciones posteriores», comenta el sacerdote, que tenía muy claro que «había que llegar hasta el fondo, hasta la roca natural».

La providencia les ha ayudado, y el trabajo muestra ya sus frutos con un baptisterio que incluirá la única piscina bautismal que hay en toda la ciudad y un recorrido por las distintas criptas, entre las que destaca el espacio bajo el altar donde se guardan las reliquias del Santa Eulalia, San Marcos y San Torcuato en un pequeño arca, y la cruz que alberga el Lignum Crucis hallado entre los muros del templo en el siglo XVII.

Instalación del mármol de la futura piscina bautismal en el nuevo baptisterio.Instalación del mármol de la futura piscina bautismal en el nuevo baptisterio. - Foto: Yolanda LanchaInaugurado ya el templo, siguen los trabajos de revalorización del subsuelo, donde ser habilitará una pequeña área de interpretación que explique la excavación arqueológica, el rito y la cultura mozárabe. Los arqueólogos continúan estudiando los materiales para afinar cronológicamente las diferentes fases, con la intención de publicar los resultados concluyentes.

«La premisa que nos mueve son las palabras de nuestro profesor Ricardo Izquierdo: los arqueólogos debemos ser humildes, pacientes, y prudentes», repiten como un mantra los dos profesionales de Atempora.

Silos excavados en roca cortados por la cimentación de la iglesia y de la vivienda islámica.
Silos excavados en roca cortados por la cimentación de la iglesia y de la vivienda islámica. - Foto: Yolanda Lancha
Santa Eulalia redescubre ahora su historia y se prepara para lucir con mayor esplendor y recibir nuevas visitas. Detrás quedan meses de duro trabajo y el apoyo de muchas personas, desde el fallecido arquitecto Jaime Castañón, hasta la colaboración máxima de la Viceconsejería de Cultura y el patrocinio económico indispensable de la Fundación ACS. Todo para aportar algo de luz al origen del templo mozárabe, que no pierde ni un ápice de su historia, sino que amplía su patrimonio y lo hace lucir con renovado esplendor.

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