Crece el interés por el hospedaje turístico en el Casco

J. Monroy
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La creación de un total de 2.144 camas significa, según el informe de la EMV, un incremento no planificado de la capacidad de hospedaje en Toledo del 48 por ciento

El hecho de que el 87 por ciento de las 2.144 camas de los 490 alojamientos turísticos de Toledo estén en el Casco histórico (incluidos Antequeruela y Covachuelas), evidencian para el informe elaborado por la EMV para el Ayuntamiento la creciente demanda de este servicio entre la población turista y que se extiende de manera uniforme por todos los barrios del centro histórico. La EMV no aprecia una especial concentración en zonas o calles concretas, sino que se encuentra desperdigada por todos los sectores residenciales del Casco.

También detecta el informe el interés turístico de los alojamientos situados en el Casco histórico a partir de la descripción de los anuncios consultados en Airbnb. Todos ellos ensalzan la cercanía a los monumentos históricos más representativos o su ubicación en zonas concretas (Judería, Catedral o Alcázar). En las fotografías que se adjuntan es muy habitual destacar los paisajes a la vista desde las habitaciones del apartamento o determinadas características arquitectónicas que destacan la singularidad del establecimiento.

El resto de barrios que componen el actual distrito del Casco (incluyendo las zonas de Covachuelas, Antequeruela, San Martín, Cigarrales y Azucaica) tienen una oferta testimonial. Sí bien presentan características específicas, como que se trata de inmuebles con precios superiores, habida cuenta de que son fundamentalmente chalets o cigarrales completos.

Fue el pasado miércoles cuando el gerente de la EMV, Luis Enrique Espinoza, y el concejal de Urbanismo, Teo García, presentaron en la Comisión de Urbanismo el informe sobre la incidencia de este tipo de negocios en la ciudad. Como ya adelantó entonces este diario, el mismo recoge que, unos días antes del Corpus, la oferta de establecimientos turísticos en el Casco superaba en nada menos que doscientas unidades a los inmuebles puestos en alquiler en el mismo barrio. Esto, apunta el informe, parece que no está incidiendo demasiado, hasta el momento, en el precio de los alquileres. Espinoza comprende la preocupación que esta migración de mercado está teniendo en diversos colectivos, pero aunque el precio del alquiler en el Casco ha subido ligeramente, está todavía casi un treinta por ciento más barato que en pleno boom de hace diez años. Habrá que seguir atento a la situación, para estudiar la evolución.

Fenómeno en auge. Los datos del informe dejan como primera conclusión que el número de viviendas de uso turístico está creciendo en Toledo, es un fenómeno en auge. Porque si en el primer estudio de la EMV en septiembre del pasado año daba como resultado que existían 271 viviendas turísticas en Toledo, en los días previos al Corpus, esta cifra asciende hasta los 411. A fecha de 1 de junio, la EMV detectó un total de 490 anuncios de este tipo de alojamiento extrahotelero en Airbnb. Existen 411 viviendas completas disponibles para acoger turistas, esto es el 84 por ciento de la oferta. El 16 por ciento restante se refiere a habitaciones privadas en viviendas particulares, un total de 79. En total, hay una capacidad para 2.144 huéspedes más en Toledo en viviendas turísticas, lo que teniendo en cuenta que la ciudad tiene unas 4.433 plazas hoteleras, supone un incremento del 48 por ciento de esta oferta. O dicho de otra forma, «se ha dado un incremento no planificado de la capacidad de hospedaje de Toledo de un 48 por ciento». Porque la capacidad media de cada vivienda es de 4,4 personas y su precio de 93,25 euros por noche. De forma que a cada visitante le sale la noche a 20,87 euros, un precio muy inferior al de las plazas hoteleras.

La modalidad de alojamiento mayoritaria es la de vivienda completa (piso de 1 o 2 dormitorios) con una capacidad promedio de alojar a 4,4 huéspedes. Hay 152 viviendas completas con cuatro camas (un total de 608 camas), 42 con cinco camas (210) y 68 con seis camas (408). Conforme aumenta el número de plazas para huéspedes, disminuye la oferta, que se concentra en unos pocos 23 inmuebles. Existen además algunas viviendas con capacidad para más de doce personas, incumpliendo la normativa regional, que establece que a partir de doce plazas el régimen jurídico regulador es el de alojamiento hotelero o extrahotelero.

Todavía un dato más, la mayor parte de las viviendas turísticas, hasta un 87 por ciento, están en los barrios del Casco, Antequeruela y Covachuelas y tienen un precio medio de 22 euros por persona y noche. En los Cigarrales hay 96 canas a 33 euros; 77 a 22,54 en Valparaíso y La Legua; 22 a 20,4 en Azucaica; 70 a 15,4 en Santa Bárbara y 59 a 17,2 en el Polígono.