El alcalde de Polán, Pedro Cano, atiende a este desbordado, o «desfondado», como menciona él. Le acababan de avisar el quinto saqueo de crucifijos en el cementerio municipal en menos de un mes. Y el sexto del año. «Los vecinos están preocupados, cabreados e indignados», comenta el regidor que instalará probablemente un sistema de vigilancia en este recinto municipal localizado a unos 300 metros del núcleo urbano.

El Ayuntamiento calcula que el quinto asalto, realizado durante la madrugada del 10 al 11 de septiembre, se ha llevado por delante tres crucifijos de cobre macizo, de los que cuesta unos 600 euros en el mercado. Se trata de una cantidad ínfima, pero el recuento de robos desde el 14 de agosto deja al alcalde casi sin aliento. Así, el equipo de Gobierno ha contabilizado 31 crucifijos sustraídos el 14 de agosto; 9, el 1 de septiembre; 21, el 4 de septiembre; 29, el 8 de septiembre, y los 3 del 11 de septiembre.

En total, más de 90 crucifijos robados, cuyo destino será probablemente la venta para la fundición en el mercado ilícito. La Guardia Civil patrulla por las noches para dar con los autores, posiblemente los mismos que hicieron lo propio hace unos meses en el vecino municipio de Noez.

«Me he puesto a cien. Es una tomadura de pelo», asegura el alcalde sobre el robo sufrido durante la madrugada del 10 al 11, que se limitó a tres probablemente porque salieron rápidamente en huida. «Que en un mes entren cinco veces. Se imaginarán que andamos detrás», apostilló el alcalde de este municipio perteneciente a los Montes de Toledo de unos 4.000 empadronados.

«El Ayuntamiento de Polán comenzó hace unas semanas los trámites para la instalación de circuito cerrado de cámaras de vigilancia como medida de seguridad ante el aumento de robos en el cementerio municipal», había publicado el Consistorio de los Montes de Toledo en las redes sociales municipales el día anterior.

El Ayuntamiento denunció ya el pasado mes de febrero el robo de 39 piezas macizas de cobre en un asalto, el segundo por entonces en un año. Ya por entonces el alcalde hablaba de una «indignación contenida» que se ha multiplicado durante los meses de agosto y septiembre.

Todos los robos se han cometido durante la madrugada, probablemente con el apoyo de un vehículo, y el botín corresponde a diferentes zonas del cementerio municipal.