Bien hidratados desde la cuna

P. Pérez
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Buenos hábitos al comer y beber. Los ponentes del acto de apertura del Congreso de Hidratación recordaron la necesidad de aportar agua al organismo en todos los periodos vitales, como generador de calidad de vida y como prevención de enfermedades

Si hay una idea que ayer planeó durante toda la inauguración del Congreso de Hidratación, ésta fue la de la importancia de adquirir hábitos saludables desde la infancia. Y entre esas buenas practicas, la nutrición, el ejercicio físico y la hidratación. «Hay que recordar que la mayoría de las reacciones bioquímicas que ocurren en nuestro cuerpo se desarrollan en un ambiente acuoso. Pero el agua no sólo es un sustrato, sino parte de muchas reacciones hidrolíticas que experimentamos desde antes de nuestro nacimiento», explicó el presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición, Ángel Gil. Para este experto, la hidratación es básica desde un punto de vista nutricional, porque «el agua es un nutriente», pero también desde un aspecto fisiológico como elemento «esencial para el flujo neto de fluidos y el transporte de biomoléculas, para que nuestra sangre sea fluida y para la excreción de sustancias de desecho», y desde un punto de vista físico para mantener la temperatura corporal. «Somos en un 60 por ciento agua», afirmó Gil, que apostillo que el mayor reconocimiento que ha tenido el líquido elemento ha sido el que «se hayan establecido recomendaciones en su ingesta».

El presidente de la Fundación Española de la Nutrición, Gregorio Varela-Moreiras, ofreció una visión más social de la hidratación apuntando que «somos lo que comemos, pero también lo que bebemos», por lo que la concienciación en cuanto a una buena nutrición e hidratación debe empezar «en el ámbito familiar». Dijo que se está trabajando en un programa transversal de educación en nutrición mano a mano con el Gobierno nacional, planteando estrategias que abarquen desde la infancia a la madurez. Hizo referencia así al trabajo que se está planteando con los comedores escolares, espacios donde abordar buenos hábitos alimenticios, e instó a establecer un «marco mínimo europeo de lo que los escolares deben conocer sobre la hidratación, y no sólo recomendaciones, sino también una adaptación física, cultural y gastronómica».

Pero no sólo es el ámbito educativo. La doctora Carmen Pérez Rodrigo, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, explicó la certeza actual de la relación entre alimentación, estilos de vida y salud. Porque, recalcó, una correcta alimentación en cualquier etapa de la vida redunda en un buen estado físico y en una buena hidratación. Los consejos fueron claros: frutas y verduras, desayuno obligatorio, agua y líquidos no alcohólicos y rutinas de actividad física. «La nutrición se ha incluido en las agendas públicas, pero la hidratación aún está por desarrollar», recalcó Pérez Rodrigo, que apostó por crear «mensajes gráficos, asequibles y fáciles de comprender» para la ciudadanía.

Y una última fase, la prevención de enfermedades. Fue Lluis Serra-Majem, presidente de la Academia Española de Nutrición y Ciencias de la Alimentación y presidente de la Fundación para la Investigación Nutricional, el que ahondó en la necesidad de evaluar la carga de enfermedad asociada a la deshidratación, un área que está podo estudiada pero que puede generar enfermedades digestivas, renales, obesidad, disfunciones y baja calidad de vida. La edad anciana es la que mayor riesgo de deshidratación contempla. «Es un reto», calificó Serra-Majem esta lucha contra la deshidratación.