Luis Miguel Núñez tilda a Vox de seudosecta

I.G.Villota
-

Acusa a Madrid de querer controlar la asignación municipal. El ahora concejal no adscrito abandonó la formación por diferencias «irreconciliables» con la dirección nacional y provincial. «Es un partido que presume de ser democrático pero no lo es»

Núñez en una foto de archivo. - Foto: Yolanda Redondo

La cita fue en el centro social del Polígono. En la sala donde se celebran los Consejos de Participación del barrio. La expectación era notable y eso se percibió en el número de periodistas asistentes a la rueda de prensa. Luis Miguel Núñez, ahora concejal no adscrito en el Ayuntamiento de Toledo, explicó los motivos por los que solicitó su baja de Vox e inició su viaje en solitario en el Consistorio capitalino. Dejó ‘titulares’, expresándose ahora tras haber dejado atrás las siglas, tras silenciar un «calvario» que arrancó hace meses, según confesó. También manejó los tiempos y reivindicó que en estos cuatro años apoyará mociones vengan del partido que vengan siempre que no tengan tufo partidista y que busquen mejorar Toledo.  «Hay un ambiente y una unidad que facilita llegar a grandes consensos», dijo.

El concejal arrancó fuerte, tildando a Vox de «seudosecta» y sustentó su abandono en «diferencias irreconciliables» con la dirección nacional y la provincial, además de acusar al partido de intentar  controlar desde Madrid las asignaciones del grupo municipal, así como de intentar utilizar las dependencias cedidas en el Ayuntamiento para la gestora provincial, «algo que es ilegal», dijo, así como de imponerles el personal de confianza.

«Vox pasó de ser un partido político a una seudosecta donde la libertad de expresión no existe. Si varías un milímetro el discurso, estás fuera», comentó Núñez, quien indicó que la debacle arrancó al calor de la elaboración de las listas electorales. «Consiguieron posicionarse ratas que venían sin ideas ni ideología, con la única intención de corroer las bases y cimientos de este proyecto en el que muchos creímos. No es algo exclusivo de la ciudad de Toledo», dijo.

Núñez se refirió a varias reuniones y varios momentos en los que se sintió ninguneado por la dirección nacional y responsabilizó de la crisis en Toledo, una provincia que se había sido referente en esta última fase del partido de Santiago Abascal. Mencionó a Gerardo Ortega, actual vicepresidente de la gestora provincial, del que dijo que es «la persona que ha urdido una estrategia bajo cuerda» para generar enfrentamientos en el partido en Toledo capital y otros municipios, así como al secretario de Organización de Vox y portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith.

El concejal explicó que ha decidido abandonar el partido para hacer política «desde la libertad» en la capital de Castilla-La Mancha y reconoció que se le había pasado por la cabeza dejar el acta de concejal. «Lo pensé, pero cuando pasas este calvario te dices que si entregas el acta de concejal les das lo que quieren. Ellos no quieren una opinión distinta al dogma de fe que proponen», denunció.

Sobre la situación en la que queda actualmente en el Ayuntamiento, Núñez indicó que todo está contemplado en el reglamento pero se encuentra a la espera del informe jurídico que emita la Secretaría general al respecto. Explicó que no ha cobrado en los meses que lleva en política en Vox y que no estaba liberado cuando integraba el grupo municipal hasta la semana pasada. «Si esta situación cambia, cualquier ayuda (económica) siempre es buena», comentó.

Desconoce lo que ocurrirá a partir de ahora con Vox en el Ayuntamiento, esto es, quien asumirá el acta de concejal de Alberto Romero . «Me ha llegado que hay dificultades para encontrar a alguien», subrayó, indicando que en cuanto saltó la crisis la semana pasada, la dirección nacional solicitó una reunión con la alcaldesa, Milagros Tolón, para interesarse por la portavocía, la liberación de un concejal y la asignación al grupo municipal. «Tuvieron la reunión con otros miembros del equipo de Gobierno», explicó.

Sobre la asignación municipal, de 9.000 euros al año y 550 euros por concejal, «está retenida en el Ayuntamiento» hasta que se aclare esta situación, dijo.

Negó que haya intentado adherirse a otros grupos políticos del Ayuntamiento, pero no dejó abierta esta posibilidad con sus declaraciones. «Tengo cuatro años para pensar cuál es mi futuro político», sentenció, indicando que su premisa es «Toledo, Toledo y Toledo».

Desmintó las voces que han hablado de una mala relación con su ya excompañero Alberto Romero, quien presentó su renuncia como concejal. «En el primer mes en el Ayuntamiento no hubo relación porque estábamos aterrizando, pero el último mes y medio ha sido excelente», aseguró.

Manifestó su defensa al río Tajo, al considerar que la reivindicación de un Plan Hidrológico Nacional no es incompatible con «el cese del trasvase Tajo-Segura». «Fue mal visto», reconoció, negando por otro lado la violencia de género. «Siempre he pensado que la violencia no tiene género», dijo.

El portavoz de IU en el Consistorio, Txema Fernández, se refirió al papel clave que puede jugar Núñez para la aprobación de algunas medidas por parte del Gobierno de Milagros Tolón, que con 12 concejales necesitará el apoyo de al menos un edil para sacar adelante por ejemplo las ordenanzas fiscales cuyo proyecto acaba de aprobar. «Solo faltaría que el PSOE se apoye en un concejal que viene de la ultraderecha toledana», apreció Fernández, quien indicó que la alcaldesa tendría «dificultades políticas» para explicar «que se apoya en la ultraderecha» para ejercer su acción de gobierno.