«Vox nos prohibía a Romero y a mí hablar con los partidos»

M.G
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El edil no adscrito del Ayuntamiento de Toledo y exconcejal de Vox, Luis Miguel Nuñez, habla de su nueva andadura política, de su polémica marcha del partido y de algunos proyectos importantes para la ciudad.

«Vox nos prohibía a Romero y a mí hablar con los partidos» - Foto: David Pérez

Luis Miguel acaba de decirle no a Risto Mejide. No quiere  que su caso salga en Cuatro, pero no porque la cadena sea de izquierdas, como él dice, sino porque cree que su salida de Vox no tiene nada que ver con el espectáculo y no encaja en el programa ‘Todo es mentira’. Le sorprende la repercusión mediática de lo ocurrido, pero prefiere «ser selectivo» y no pasar por las preguntas afiladas del famoso locutor porque no ve un tratamiento adecuado de la política, únicamente «burla».

¿Cómo afronta la etapa como concejal no adscrito del Ayuntamiento de Toledo tras su salida de Vox?

Desde la tranquilidad y la libertad absoluta de pensamiento. Todos cuando nos metemos en política vamos bajo el amparo de unas siglas, y de unas personas, pero cuando todo eso te deja de dar respaldo ya no tienes el compromiso moral e ideológico de continuar ahí. Ha sido una situación delicada y muy dura a nivel personal, pero tengo más ganas que nunca para explorar nuevas posibilidades sin ese yugo. No hay que olvidarse de que estamos haciendo política municipal, la del día a día.

Con su cambio todo se complica. Ya no hay un grupo detrás, no puede compartir la tarea que exige ser concejal con nadie y encima vive en Talavera. ¿Cómo se lo plantea?

De momento, vivo en Talavera, pero estoy pensando trasladarme con mi familia a Toledo, pero es un asunto personal que habrá que estudiar. Si antes había un trabajo muy grande por hacer ahora se multiplica por dos porque soy el 50%de lo que éramos  antes. De todas formas, el apoyo de técnicos y demás está en manos del Ayuntamiento, que tiene la última palabra y está dando forma legal a través de un informe. Hay más carga de trabajo, pero no me preocupa. Y hecho cosas peores que desplazarme 85 kilómetros para llegar a mi puesto de trabajo, entre comillas.

¿Cómo se siente dentro de esta Corporación municipal? ¿El equipo de Gobierno le facilita la tarea?

Hay un ambiente de trabajo magnífico con el equipo de Gobierno y con los partidos de la oposición. Me ha sorprendido esa sintonía. Es verdad que cuando se tratan temas meramente políticos saltan las diferencias ideológicas, pero a la hora de buscar un planteamiento por la ciudad se ve la amabilidad.

¿Se siente respaldado entonces por la Corporación?

Sí, claro. Por todos los compañeros. Desde el momento que se oficializó que había dos concejales en Vox, Alberto Romero y yo, todo ha sido apoyo, no puedo poner una sola pega.

¿Le gustaría formar grupo a pesar de que no hay opción legal?

Un concejal no adscrito no tiene opción de formarlo como tal. La diferencia es que no se tiene un respaldo de unas siglas, aunque ganas en libertad de opinión, de pensamiento y de forma trabajar. Mi prioridad será apoyar todo aquello que sea bueno para la ciudad y sus habitantes dentro de mi ideología porque no he perdido ni mis ideas ni mi forma de pensar.

Tampoco puede liberarse, entiendo

No he solicitado nada. Aquellas lenguas malintencionadas que dicen que se trata de una cuestión económica y de ambición política no tienen razón. Es un trabajo por el que no he cobrado y me ha costado dinero en desplazamientos, comidas y fotocopias. No he tenido respaldo siendo miembro de un grupo municipal de Vox ni para fotocopias.

Habla de que sigue fiel a su ideología y a sus pensamientos. ¿Encajaban fielmente con los de Vox? ? ¿Le rechinaba algo?

Siempre recuerdo una charla  que tuve con Abascal en enero antes de un acto y hablamos de ideologías y planteamientos y él dijo una frase que quiero hacer mía también:‘No creo que haya nadie en un partido que acepte y asuma el 100% de los planteamientos’. Siempre hay un punto de discordancia, pero el problema viene cuando esa opinión se toma como una ofensa hacia el partido y no como algo positivo para construir un proyecto más enriquecido.

Por ejemplo, no estoy de acuerdo al 100% con las propuestas del partido para abolir la Ley de Violencia de Género. Hay que modificarla profundamente porque se está demostrando que no funciona y no para esa epidemia de asesinatos que estamos viviendo.

Ha habido mucha polémica con los planteamientos de Vox referentes a la violencia de género. Siempre he mantenido que la violencia dentro del ámbito familiar me da igual quien la ejerza porque es violencia y es tan condenable un asesinato de un hombre hacia una mujer que al contrario. También hay violencia hacia padres, abuelos o hijos y todos tendrían que ser condenados con la misma dureza y máxima severidad y pena posibles. Y no hay más, pero vivimos en una sociedad donde ha muerto la lucha de clases y los partidos de izquierdas han buscado otras vías de confrontación con la lucha de sexos y es parte del juego político.

Ahora que está fuera de Vox, ¿se animará a acudir a las concentraciones contra la violencia de género que celebra el Consejo Local de la Mujer todos los meses? Suelen ir todos los grupos a excepción de Vox.

En libertad actuaré con la mayor franqueza hacia mis ideas y hacia mi conciencia. Condenaré cualquier asesinato sea del tipo que sea, pero no voy a compartir que a una manifestación para apoyar a una víctima se le quiera dar un tinte político.

¿Pero acudirá o no a alguna de las concentraciones?

No tengo mayor inconveniente. Pero si tiene un tinte exclusivamente político, no.

Con su salida de Vox, ¿se ha quitado el sambenito de ultraderechista?

Nunca me he considerado así. Me tocó vivir únicamente dos años del anterior régimen, pero me he criado en democracia y soy un firme demócrata y monárquico. Hoy en día puede chocar, pero considero que la monarquía sirvió en su momento de elemento equilibrante entre varias fuerzas para salir de un régimen pseudo militar y llegar a una democracia plena.

¿Le sorprende que Vox haya elegido a la número 5 de la lista, Ángeles Ramos, y no al número 3?

Me sorprende por la persona sino por el puesto. El número 3, David de Lucas, vino impuesto por la dirección nacional. Es chocante que él haya tenido la oportunidad de ser concejal y renuncie. Debería ser Vox el que lo explicara. No sé los motivos que han llevado a correr turno hasta la número 5 habiendo otra persona como Sonia Andrade, de número 4, sobradamente preparada y muy querida y valorada en Toledo. A nivel personal no tengo nada que añadir, pero a nivel político me deja dudas.

Dice que se ha marchado de Vox, pero en el partido apuntan que se le ha apartado. Aclárelo

La única realidad es que yo registré en el Ayuntamiento mi renuncia a continuar en el grupo municipal y solicité pasar a ser a concejal no adscrito hace unos días. Pero ellos se han querido defender diciendo que me iban a abrir un expediente. A mí me parece el recurso del pataleo porque quieren hacerse los fuertes y decir que han tomado la iniciativa. Me he ido yo y punto. Vox lo puede vender como quiera, pero no por mentir más veces va a tener más razón.

Le han acusado de traición y de mantener contactos con otros partidos, en concreto, con el PP, en estos tres meses de legislatura.

Si uno se lee el comunicado que han hecho público observa que resulta complicado mentir tanto en menos líneas. Es cierto que he tenido contactos con el PP, pero también con el PSOE, con IU y con Ciudadanos. Todos han sido ligados a la actividad política municipal. Me han llegado a comentar que ha pasado de ser un asunto político a un vodevil porque se habla de fotos mías entrando en la sede del PP y hay un desconocimiento enorme de lo que significa la política municipal.

No conozco los pensamientos de Vox, pero los míos sí y hay una cosa que se llama cortesía, educación y otra que es actividad municipal y no es mi problema si alguien se ofendió el día de la jura de bandera en la Academia de Infantería cuando saludé  a los compañeros del PP. A mí no me ha faltado educación, le habrá faltado a otros. Si me siento en un despacho con alguien del PSOE no tiene nada de ilógico, lo extraño sería no hacerlo.

Vox es una pseudosecta porque por el hecho de pertenecer al partido tengo que cercenar mi trabajo y mi relación con los compañeros de corporación. Me han llegado a decir en Vox que tenía prohibido hablar con los otros partidos, pero nadie les ha explicado que hay que tener conversación con todas las fuerzas políticas porque buscamos el bien de Toledo. Es de primero de democracia y no asistieron ese día a clase.

¿Por qué hablan de que su ambición es desmedida?

Siguen con la mentira y se trata de manchar mi nombre. No han tenido bastante con tirar por tierra mi trabajo y el de mucha gente que estaba conmigo. Tampoco han tenido bastante con expulsar del partido a gente de mi confianza, con que yo dimitiera como presidente provincial ni con que Alberto Romero y yo nos marchemos. Ya tienen el cadáver, pero ahora quieren ensañarse. Al final se están autodefiniendo lo que son y no es el planteamiento ni los modos del partido en el que empecé a trabajar hace dos años y medio.

No conozco a nadie que entre en política y no tenga una mínima ambición. Hay ambición de mejorar, de trabajar y de ayudar. Si quieren acusarme de querer acaparar algún tipo de cargo que no tengo es mejor que miren a su secretario general, Javier Ortega Smith, que es diputado en el Congreso, viceportavoz, portavoz y concejal en el Ayuntamiento de Madrid. Pero es muy bonito aquello de difama que algo queda.

¿Por qué ha esperado tres meses a marcharse del partido si llevaba todo ese tiempo mal dentro de Vox?

Llegó un momento en que esto se convirtió en una medición de fuerzas para ver quién tenía más capacidad. Siempre he albergado la esperanza de que reconocieran que han cometido un error. Me llegaron a decir que el nombramiento de Alberto Romero había sido un error, pero yo jamás lo diré porque lo respeto y admiro profundamente.

He tratado de aguantar hasta hace unos días con la esperanza de que alguien viera que se iba por mal camino, pero este problema que he sufrido no es exclusivo de Toledo y de su provincia, también lo sufren compañeros en Cáceres, Ciudad Real, Guadalajara, León... Algo se está haciendo mal políticamente dentro de Vox para que haya tanta baja entre la gente del principio porque ahora están quedando los advenedizos de última hora.

Habla de Alberto Romero. He llegado a escuchar de algunos concejales de la Corporación que se llevaba tan mal con él que incluso se planteaban ir a los tribunales.

¡Qué barbaridad! Lo que hubo al principio fue una disfunción profunda de lo que es el funcionamiento del grupo municipal. Alberto estaba encasillado en una postura y yo en otra, pero ambos erróneamente y así se lo he reconocido a él. Nos ha faltado tiempo, y así se lo dije cuando terminó el Pleno, y nos han sobrado rumores y comentarios malintencionados. Afortunadamente, supimos detectar de dónde venían y poner las cosas claras y en común. Así que lo que empezó de una manera torcida ha terminado con una relación francamente buena. Estoy convencido de que si el principio hubiera sido el final la situación con el partido no hubiera sido así, los dos estaríamos trabajando juntos mano a mano.

¿Tan presente está la dirección nacional del partido en Toledo, una ciudad de 85.000 habitantes?

Sí. Si quitas la capital de España el siguiente ayuntamiento más importante del país es el de Toledo para mí por todo el peso histórico que tiene. No han sabido valorar lo que era Toledo, quisieron vender que era una plaza muy importante, pero luego les dejó de importar, hasta tal punto de permitir que sus dos concejales se marchen. La dirección nacional está presente en todas partes. Se ha pasado de tener un partido con una estructura y con planteamientos políticos a una pseudosecta en la que manda la palabra del líder supremo, y no me refiero a Abascal, que es probablemente una de las mejores personas dentro de Vox, y hay que aceptar las ideas como dogmas porque cualquier otra cosa no es válida.

Como concejal no adscrito apoyará las iniciativas que considere buenas para la ciudad vengan del partido que vengan. Pero al PP le llama la atención la posibilidad de que el PSOE pueda contar su voto en distintas ocasiones.

Discutiremos cuando llegue lo político porque tengo claro cuál es mi ideología y la de la del resto de partidos, pero me gustaría que cuando haya que decidir sea un elemento que capaz de diluir esos matices políticos que todos quieren dar a las propuestas y tratar de acercar posturas con unos y con otros para buscar amplios consensos y entendimientos. Si lo puedo conseguir o no es otro tema, intentarlo lo voy a intentar. Llegará un momento que apoye una propuesta del equipo de Gobierno y habrá críticas, pero también una de Cs, del PP, de IU y de Vox, ¿por qué no? ¿Por qué voy a negarle a Toledo algo que es bueno?

Ya está listo el proyecto de ordenanzas fiscales. ¿Qué le parece?

Me parecen escasas. Todos los indicadores dicen que se avecina otra crisis y es el momento de repercutir y renunciar a parte de ese superávit del Ayuntamiento en beneficio de una bajada fiscal. Quiero terminar de estudiarlas en profundidad y hablar con todos los grupos, conocer su punto de vista y tratar de evitar que haya posiciones enrocadas políticamente. En política fiscal es cuando todos tienen que estar a la altura. No descarto un apoyo al Gobierno municipal en las ordenanzas fiscales y trabajaré por el entendimiento.

¿Qué le parecería implantar la tasa turística que propone IU y el PSOE intentó en 2012?

Las tasas turísticas en otros lugares de España no han funcionado bien.  Aunque puede parecer algo simbólico por el hecho de cobrar medio euro puede terminar haciendo daño. Hay que tener en cuenta además que gran parte de la riqueza de esta ciudad viene por el turismo y todo lo que sea poner un traba al sector es contraproducente. Habría que explorar otras alternativas y no gravar con tasas todo lo que genera riqueza.

En menos de un mes se informará sobre el POM y su avance. ¿Qué postura tiene y qué quiere para Toledo?

Primero habrá que saber qué propone el equipo de Gobierno. Habrá que ver si lo que buscan es un POM cortoplacista, y ahí cometerán un grave error. Aquí hay que desarrollar un proyecto de ciudad a largo plazo porque el crecimiento de Toledo será muy importante y se nos puede quedar pequeño un POM a cinco u ocho años.

¿Qué haría con el proyecto de Safont?

Lo mejor es que se empiecen a aclarar ellos porque hay informaciones y rumores encontrados.

Vega Baja  parte como un gran reto por su futuro. Ahora se habla de instalar un cuartel  o de intentar blindar  la zona para evitar que se pueda construir. ¿Qué opina?

Soy más proclive a compatibilizar el uso del suelo. Nos guste o no Toledo es lo que es y en cuanto levantemos una piedra vamos a tener un problema. No quiero que pase lo que ocurrió en Talavera en los años 70, donde no se respetó nada, ni que la ciudad se quede inmóvil en su desarrollo futuro. Hay que buscar un punto intermedio que nos permitiera dar uso a la zona sin perjuicio de la conservación y potenciación del patrimonio.

¿Qué le parece la posibilidad de exhumar los restos del general Moscardó y de Milans del Bosch del Alcázar como propone IU?

Entre los 500 primeros problemas de los españoles no está andar removiendo tumbas sea de quien sea. Bastante desgracia tuvo este país con pasar una Guerra Civil. Ya no quieren exhumar a Franco, más bien resucitarlo porque electoralmente les viene muy bien. Es un tema menor.